Los ministros de Agricultura de la UE tratarán de cerrar entre el lunes y el martes su posición negociadora para "flexibilizar" elementos de la nueva Política Agraria Común (PAC), como las condiciones del llamado ''pago verde'' y el ritmo hacia la convergencia interna de las ayudas, de cara a iniciar los contactos para cerrar un acuerdo en junio con Bruselas y la Eurocámara.

Las delegaciones comenzarán el lunes una ronda de contactos bilaterales con la presidencia irlandesa de la UE y el Ejecutivo comunitario, los llamados ''confesionarios, que podrían prolongarse toda la madrugada y discutirán una primera oferta de compromiso el martes por la mañana.

Aunque los ministros intentaron cerrar el pasado febrero elementos como los criterios de la superficie elegible para recibir ayudas de la nueva PAC --algo que preocupa especialmente a España--, a esta cita llegan "abiertos" varios puntos importantes como la convergencia de los subsidios dentro de cada país y entre regiones y la posibilidad de transferir parte de los fondos de un pilar a otro, según han informado fuente europeas.

También queda por ver si los Veintisiete apoyarán, como piden España y varios países, que se prorroguen el sistema de cuotas de producción de azúcar y el régimen que regula los derechos de plantación de viñedos.

Sobre el ''pago verde'' o ''greening'', que supone condicionar un 30 % de las ayudas directas a determinados esfuerzos medioambientales, los 27 deben consensuar aún si respetan las tres prácticas ecológicas que recomienda Bruselas o apuestan por defender un menú más amplio que tenga en cuenta la "diversidad" del campo europeo.

El comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, puso sobre la mesa tres posibilidades para cobrar el ''pago verde'', que son la diversificación de cultivos, el mantenimiento de pastos permanentes y reservar un porcentaje del terreno a zonas de interés ecológico.

Los países piden flexibilizar los criterios para conceder este 30 % de las ayudas, de modo que puedan adaptarse a la "realidad de la agricultura" europea y no sume "grandes costes a los productores", según explican fuentes diplomáticas.

Una vez que los países consensuen su posición podrán lanzar los contactos formales con el Parlamento Europeo, que acaba de pactar también sus líneas rojas para reformar la PAC.

El objetivo de la presidencia irlandesa es llegar a un acuerdo político entre las instituciones de aquí a junio y poder iniciar los procedimientos que permitan que la nueva política agraria esté a tiempo para principios de 2014, algo poco probable y por lo que Bruselas trabaja ya en medidas transitorias que no paralicen el pago de las ayudas a partir de esa fecha.