Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se atribuyeron a través de un comunicado la muerte de al menos 16 militares el pasado 5 de marzo en una zona rural del municipio de Buenos Aires, en el departamento del Cauca (sur), una afirmación que ha sido desmentida por el Gobierno.

En un comunicado fechado el 15 de marzo y publicado la noche del día 17 en el sitio web de las FARC, el grupo insurgente afirma que los uniformados habían caído en un campo de minas instalado por la Compañía Miller Chacón del Bloque Móvil Arturo Ruíz del grupo guerrillero.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) denunciaron "el silenciamiento del hecho por parte de los voceros estatales" y negaron tener en su poder a otros uniformados que supuestamente habrían desaparecido en el incidente.

Fuentes de la comunidad de Buenos Aires consultadas por Efe confirmaron, a su vez, que un grupo de soldados cayó en un campo minado en los alrededores de la vereda La Esperanza, en el marco de diversos combates protagonizados en la zona entre las FARC y el Ejército.

"El domingo (10 de marzo) la comunidad de La Esperanza encontró un medio cuerpo de un militar, que estaba de cintura para arriba y con uniforme, en el sitio donde había explotado", explicó la fuente, que prefirió permanecer en el anonimato.

Señaló también que en los alrededores del campo minado había diversos restos humanos, como "un pie izquierdo y otras extremidades".

Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, salió al paso de estas informaciones para denunciar que las muertes de los 16 uniformados "son mentiras" de las FARC, y agregó que el grupo insurgente "se inventa estos partes fantasiosos con tal de dar una imagen de fortaleza que no tienen".

Las FARC y el Gobierno iniciaron en noviembre pasado en La Habana unas negociaciones de paz para poner fin al conflicto armado que azota al país desde hace medio siglo, aunque en Colombia continúan los bombardeos militares, las acciones guerrilleras y los combates, pues no habrá cese el fuego hasta la firma de un acuerdo.

Estas bajas suponen es el mayor golpe numérico para el Ejército colombiano desde el inicio del proceso de paz.