Los agentes del FBI y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) esperan a que Dzhokhar Tsarnaev, supuesto coautor de los atentados de Boston, se recupere de las heridas sufridas en su persecución para interrogarlo, sin que pueda, previsiblemente, acogerse a su derecho de permanecer en silencio.

A Tsarnaev no le fueron leídos sus derechos básicos, conocidos como "Miranda Rights", cuando fue detenido el pasado viernes, por lo que los agentes podrían someterle a un interrogatorio más profundo en el que el joven, de origen checheno, no podría callar ante sus preguntas. Sin embargo, el estado de salud del sospechoso está retrasando los avances de la investigación, ya que aún, según confirmó ayer el Buró Federal de Investigaciones (FBI), se encuentra en estado grave. De hecho, el alcalde de Boston hasta especula con que no recupere el habla por las supuestas heridas sufridas.

Varios medios de comunicación se hicieron eco este fin de semana de que, además, Tsarnaev, quien supuestamente ejecutó los atentados junto a su hermano Tamerlan, muerto durante la persecución, sufre lesiones considerables en la garganta, lo que podría incapacitarle para hablar.

Alrededor del caso se ha abierto un debate legal sobre la conveniencia o no de hacer uso de esta excepción que recoge la justicia estadounidense en casos de seguridad pública, y también en torno a la posibilidad de tratar a Tsarnaev como "enemigo combatiente", lo que permitiría a los agentes federales proceder a un interrogatorio más exhaustivo para obtener información.

"Hay amplias evidencias que sugieren que este hombre era un islamista radical y que él y su hermano tenían vínculos con organizaciones en el extranjero", dijo el senador republicano Lindsey Graham en el programa "Estado de la Unión" de la cadena CNN.

"Hay que reservar el derecho, después de que expire la excepción de seguridad pública, para tratarlo como enemigo combatiente, y continuar reuniendo pruebas, y si encontramos pruebas, le tendremos sin un abogado presente para reunir información de inteligencia", dijo el senador en alusión a que la excepción de no leer los derechos básicos expiraba ayer, 48 horas después de la detención.

Sin embargo, y según la página web del FBI, esta norma puede aplicarse en los casos en los que aún existe una amenaza pública tras el arresto, lo cual contradice las versiones de las autoridades que, tras capturar a Tsarnaev, aseguraron que el peligro había cesado. Un argumento más para el debate.

En desacuerdo con Graham, el senador demócrata Charles Schumer consideró en ese programa que los agentes de la ley pueden obtener toda la información que necesitan de Tsarnaev sin designarlo "enemigo combatiente", medida que solo complicaría la investigación con un debate jurídico espinoso, advirtió Schumer.