El ministro francés de Interior, Manuel Valls, anunció ayer que más de 350 personas fueron detenidas en las diversas protestas contra el matrimonio homosexual en Francia, cuyos organizadores lograron convocar el pasado domingo una vez más una multitudinaria manifestación en París.

Manuel Valls destacó, en una entrevista a la televisión Canal Plus, que los arrestados son "individuos considerados peligrosos" que quisieron alterar la manifestación y atacar el "excepcional" dispositivo de 4.500 agentes de las fuerzas del orden.

"Sin ese dispositivo excepcional, hubiera habido violencias durante la manifestación", afirmó el ministro, que acusó de los altercados a movimientos de extrema derecha.

Los principales altercados se produjeron en torno a la explanada de los Inválidos al término de la marcha que reunió a 150.000 personas, según la Prefectura, y a "más de un millón", según los organizadores.

La ley que legaliza el matrimonio homosexual en Francia fue promulgada el pasado día 18 al término de una tramitación parlamentaria que se ha visto marcada por enormes manifestaciones salpicadas por incidentes protagonizados por activistas ultras.

Las primera boda entre dos hombres está programada para el próximo miércoles en Montpellier.

Pero la controversia en Francia por esta ley el matrimonio homosexual anima en el país una confrontación llevada a las calles con evidentes elementos de combate político mientras la sociedad gala parece asumir esa realidad con menos crispación.

La dureza de las expresiones de los contrarios al matrimonio entre personas del mismo sexo ha sorprendido sobre todo fuera de la Francia laica, república ejemplar para muchos como origen del concepto moderno de los derechos ciudadanos. Y es que solo algo más de la mitad de los franceses (un 52%) se han declarado ya favorables a permitir el matrimonio entre homosexuales.