Tras unas seis horas de enfrentamientos entre policías y activistas en la plaza de Taksim, en el centro de Estambul, se respiraba al mediodía una tensa calma, con el espacio repartido entre agentes y manifestantes.

Cientos de policías descansaban a la sombra de una docena de blindados provistos con cañones de agua, pero ya sin enfrentarse a los manifestantes que, por su parte, hacían sentadas ante los vehículos.

La policía turca irrumpió esta mañana con blindados en Taksim, en una sorpresiva operación pocas horas después de que el Gobierno anunciara su disposición a negociar las reivindicaciones de quienes ocupan la plaza y el cercano parque Gezi.

Los agentes, distribuidos a ambos extremos de la plaza no han bloqueado el libre tránsito en Taksim, donde la Policía no entraba desde los duros enfrentamientos de hace dos semanas.

La tensión llegó a su punto álgido poco después del mediodía, cuando un nutrido grupo de agentes subió las escaleras del parque Gezi, en un aparente intento de tomar el control, pese a las reiteradas promesas del gobernador de Estambul de que no se tocaría el campamento de este recinto.

"Se encontraron con una densa multitud de manifestantes que no les dejó pasar, y poco a poco los fuimos empujando fuera, sin que hubiera violencia", relató poco después una estudiante.

La joven señaló que las batallas con cócteles molotov, que se sucedieron en la plaza desde las 4.30 GMT, daban a la policía un pretexto para intervenir en el parque, cuyos ocupantes se han pronunciado mayoritariamente en contra del uso de medios violentos.

Puede haberlos, puede haber infiltrados entre nosotros, nadie sabe, no está claro", señaló, aunque calificó de "sospechosos" también el comportamiento de los activistas más violentos.

En las redes sociales se han vertido acusaciones de que agentes infiltrados han lanzado botellas inflamables contra la policía para justificar una reacción más violenta y el desalojo.

Otras dos activistas, estudiante una y periodista otra, ataviadas con mascarillas para combatir el gas y aparentemente habituadas a estar en primera línea, descartaron que la violencia se debiera a agentes infiltrados.

"En los 14 días que llevamos aquí, nunca hemos usado cócteles molotov, y hoy sólo los ha empleado un pequeño grupo atrincherado ante la sede del partido socialista SDP, pero es autodefensa, si la Policía ataca hay derecho a defenderse", opinó una.

"Los rumores sobre agentes infiltrados los difunde la propia policía, para dividirnos y enfrentar a los ocupantes del parque con los activistas más decididos, para crear desconfianza entre nosotros", señaló la otra.

Pero también ella descartó que el incendio de un coche particular, ocurrido en las primeras horas cerca de Taksim, pudiera ser obra de los activistas.

"Esto han sido policías de paisano, seguro", se mostró convencida.

El gerente de un restaurante situado justo enfrente del vehículo calcinado señaló que en el momento de incendio hubo tanto gas lacrimógeno que no pudo observar lo ocurrido.

"Pudo ser un cóctel molotov, pudo ser la policía, o los propios gases, no sé", dijo a Efe.

Según las activistas en la plaza, a las 16.00 GMT, al acabar la jornada de trabajo, numerosas marchas ciudadanas se dirigirán a Taksim.

"Aquí nos quedaremos" concluyeron.

De hecho, la Plataforma de Solidaridad con Taksim, surgida para proteger el parque Gezi de un proyecto urbanístico, ha convocado para esa hora a todos quienes apoyan las protestas antigubernamentales a acudir a la zona verde.

Desde la Plataforma se ha insistido en que las autoridades no han satisfecho aún ninguna de sus demandas, desde asegurar que el parque será respetado, la liberación de los detenidos en las dos semanas de protestas y el cese de los responsables de la violencia policial.