La insurgencia islamista volvió a golpear ayer a las minorías de Pakistán con un atentado contra una iglesia que causó al menos 78 muertos, la primera gran acción terrorista desde que el Gobierno ofreció iniciar un diálogo a los integristas.

Otros 133 fieles resultaron heridos en el ataque, cometido justo antes del mediodía (hora local) por dos suicidas en la zona de la Puerta de Kohati de la ciudad noroccidental paquistaní de Pesháwar, capital de la conflictiva provincia de Khyber-Pakhtunkhwa.

Citado por la emisora estatal Radio Pakistan, el vicejefe administrativo de Pesháwar, Zahirul Islam, precisó que los terroristas detonaron sus explosivos en la conocida como Iglesia de Todos los Santos cuando los fieles estaban concluyendo la oración.

En el momento del ataque, había entre 600 y 700 feligreses en el lugar, según una fuente oficial citada por el rotativo The Express Tribune.

De acuerdo con algunos medios locales, entre las víctimas figuran varias mujeres y niños.

En la Puerta de Kohati, que alberga varios templos cristianos y de otras confesiones, algunas tiendas y mercados cerraron tras el ataque y se desataron violentas protestas en las calles, en las que algunas personas prendieron fuego a material de la Policía.