El candidato del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) a la cancillería, Peer Steinbrück, rechazó ayer de forma tajante formar un tripartito de izquierdas, aunque los resultados de las elecciones les otorguen de forma provisional una mayoría absoluta.

En el programa del canal público "ARD" que reunió a líderes de los partidos que según las primeras proyecciones accederán al Bundestag (cámara baja), Steinbrück aseguró que no va a buscar formar un gobierno con Los Verdes y La Izquierda, ya que considera que esta última formación "no está capacitada para gobernar".

Agregó que las diferencias entre su formación y La Izquierda, un partido joven formado por postcomunistas y una escisión disidente de socialdemócratas, son demasiado grandes en asuntos clave como la política europea, exteriores, en política financiera y económica.

"Pregunte a quien quiera en el partido", respondió Steinbrück al ser interrogado sobre los rumores que apuntan que dentro del SPD hay un sector favorable a una coalición con Los Verdes y La Izquierda.

Según las proyecciones de voto difundidas, la Unión de la canciller Angela Merkel lograría un 41,8% de los votos, frente al 25,5% del SPD, el 8,5% de La Izquierda y el 8,4% de Los Verdes.

Teóricamente, estos tres últimos partidos juntos podrían obtener una mayoría absoluta por la mínima frente al bloque conservador de Merkel.

Los resultados de las elecciones no permiten presagiar apenas cambios en la política europea de Berlín en los próximos cuatro años y, particularmente, en sus recetas de consolidación fiscal y reformas para salir de la crisis.

Todo apunta a que la canciller va a buscar casi con toda probabilidad (en la República Federal Alemana nunca ha habido un gobierno en minoría) un socio entre las otros tres partidos que han accedido al Bundestag (cámara baja): el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Los Verdes y La Izquierda.

En su último gran mitin de campaña, el sábado pasado en Berlín, Merkel subrayó los éxitos de su gestión de la crisis y garantizó el mantenimiento de su actual política: "solidaridad, sí; pero con condiciones".

La crisis todavía no se ha superado, advirtió la canciller, y es necesario que los países del euro emprendan las reformas estructurales que Alemania ya hizo durante la primera década de este siglo, principalmente incluidas en la "Agenda 2010" del excanciller Gerhard Schröder.

Así, los ciudadanos y gobiernos de países como Grecia, Portugal, Irlanda, España o Italia no pueden esperar grandes cambios en la posición alemana ante Bruselas, aunque sí, quizá, la matización de algunas políticas concretas, dependiendo de quién acabe convirtiéndose en el socio de coalición de la canciller.

Los expertos descartan, por ejemplo, que Berlín apruebe en la tercera legislatura de Merkel una nueva flexibilización de los criterios establecidos a nivel europeo para reducir el déficit público.

De igual manera, los politólogos descartan que el nuevo gobierno de la primera economía europea transija con alguno de los modelos de mutualización de la deuda pública planteados en los últimos años para atajar el repunte de los intereses que los países en crisis pagan para financiarse.