Bélgica y Holanda negocian una pequeña modificación en su frontera, establecida en 1843, con el fin de adaptarla al cambio del curso del río Mosa, que tradicionalmente ha marcado la separación entre los dos países, según adelantó hoy el diario "La Libre Belgique".

El proyecto, que será presentado próximamente a los Gobiernos y Parlamentos de los dos países, haría a Bélgica perder unas 14 hectáreas de territorio en el municipio de Visé.

"No tengo problemas con eso", señaló al diario el alcalde de la localidad, Marcel Neven, que recordó a día de hoy nada impide a los ciudadanos cruzar la frontera en esta zona, catalogada como reserva natural.

El río Mosa, que se utilizó para fijar la frontera en el siglo XIX, modificó su curso entre las décadas de 1960 y 1980 por las obras llevadas a cabo, haciendo que la penínsulas que forman los meandros del río cambiasen de país.

Según "La Libre Belgique" las negociaciones sobre este viejo problema se retomaron discretamente a finales de 2011 en una comisión especial, que ha concluido un acuerdo que cuenta ya con el visto bueno de varias autoridades belgas.

El siguiente paso será su llegada a los ministerios de Exteriores y a los Parlamentos, que deben aprobar la medida al tratarse de una modificación de las fronteras nacionales.