Un ciudadano etíope de 30 años secuestró ayer un avión de Ethiopian Airlines que realizaba el trayecto de Addis Abeba a Roma, para hacerlo aterrizar en el aeropuerto de Ginebra y pedir a las autoridades suizas asilo político. Ninguno de los 193 pasajeros resultó herido.

El autor del secuestro, que no iba armado, se entregó inmediatamente a la policía al llegar a Ginebra, ciudad a la que se dirigió "con la intención de solicitar asilo ", informó en rueda de prensa el portavoz de la Policía de Ginebra, Eric Grandjean.

El secuestrador, que era el copiloto de ese vuelo ET-702, aprovechó un momento en el que el piloto salió al servicio para encerrarse en la cabina de mandos y tomar el control del aparato.

Una vez se quedó solo al mando de avión, en torno a las 03:00 GMT el copiloto se puso en contacto con la torre de control del aeropuerto de Ginebra para pedir permiso para aterrizar en él alegando problemas técnicos, pero activó la señal de secuestro.

A las 06:02 hora local, el avión tomaba tierra en el aeropuerto ginebrino rodeado de aviones militares y cuerpos de elite, una operación para la que se desplegaron casi 200 efectivos entre policías, militares y otros agentes.

Diez minutos después del aterrizaje, el copiloto salió del avión por una ventana de la cabina ayudado de una cuerda y se dirigió hacia el primer agente de policía que vio.