Los familiares de los pasajeros del vuelo MH3700 de la compañía Malaysia Airlines siguen confinados en un hotel de la capital china y esperan con nervios y ansiedad que la aerolínea les informe sobre la situación de sus seres queridos, por ahora desaparecidos.

La compañía trasladó a los afectados a un hotel situado al noreste de la ciudad desde el mismo aeropuerto a primera hora de la mañana, cuando se confirmó que el avión había perdido el contacto con la torre de control de tráfico aéreo de Subang a las 02.40 hora local.

En una rueda de prensa en el hotel, un portavoz de la aerolínea, que se limitó a leer un comunicado que la compañía ya había publicado previamente en su página web y no aceptó preguntas, declaró que los familiares "están siendo informados de la situación en todo momento".

Sin embargo, las pocas personas que han abandonado puntualmente la sala declararon a la prensa presente que "había mucha desinformación" y que "no sabían nada" sobre las circunstancias de la desaparición del avión y de sus seres queridos.

Según la agencia oficial Xinhua, hay unos 120 familiares en el recinto, y uno de ellos aseguró que "ningún representante de la compañía ha ido a calmarles o a dar novedades sobre lo que sucedió".

Otra familiar, una mujer de Tianjin cuyo marido viajaba en el avión, se lamentaba de lo ocurrido y aseguraba que su hijo pequeño "no puede vivir sin padre".

Destacó, además, que la compañía aérea "solamente le dio un papel con el comunicado oficial, nada más".

En realidad muy pocos de los confinados han entrado o salido de los salones del hotel, un recinto escoltado por una fuerte seguridad y centenares de periodistas, sobre todo chinos, la nacionalidad a la que pertenecen la mayoría de los pasajeros del vuelo (153 de los 227).

Además de los ciudadanos chinos, la lista ofrecida por Malaysia Airlines indica que el avión lleva 38 malasios, 7 indonesios, 5 indios, 6 australianos, 4 franceses, 3 estadounidenses, 2 neozelandeses, 2 ucranianos, 2 canadienses, 1 ruso, 1 italiano, 1 holandés, 1 taiwanés y 1 austríaco.

Según ha podido comprobar Efe, en la entrada del hotel había varias ambulancias, así como grupos de psicólogos que accedían a la sala donde permanecen los familiares entre las preguntas de los periodistas.

Por otra parte, en el aeropuerto pequinés, a media mañana los carteles informativos aún marcaban que el vuelo que debía llegar a las 06.30 de la mañana se había "cancelado", mientras decenas de informadores esperaban noticias de lo sucedido o soñaban con encontrar a algunos de los familiares de los desaparecidos.

En la oficina de información de la terminal de llegadas, una pizarra advertía a los familiares de los pasajeros del vuelo MH370 que se dirigieran directamente al citado hotel.

En cuanto a las autoridades, el presidente del país, Xi Jinping, ordenó hoy que se pongan en marcha "todos los esfuerzos necesarios" en las medidas de emergencia relacionadas con el avión desaparecido.

De hecho, las autoridades chinas ya han mandado dos barcos al Mar del Sur de China para ayudar en las labores de búsqueda y rescate del avión, de la que se perdió el contacto mientras sobrevolaba el área de control aéreo de la ciudad de Ho Chi Minh, situada en el sur de Vietnam.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, aseguró que el Gobierno chino está "muy preocupado" por la desaparición del avión, y expresó su deseo de que "todo el mundo a bordo esté sano y salvo".

A medida que avanzan las horas y la compañía no informa de hallazgos, este último deseo parece cada vez más difícil de hacerse realidad, aunque los familiares y amigos que aguardan buenas noticias en el hotel pequinés intentan no perder la esperanza.