El presidente turco, Abdullah Gül, rechaza el bloqueo de Twitter, efectivo desde la medianoche en Turquía, mediante una serie de mensajes enviados precisamente desde su propia cuenta en esa red social.

"No estoy de acuerdo con el cierre total de las plataformas sociales", señala uno de los ''tuits'' del presidente.

"Además ya se ha evidenciado varias veces que técnicamente ni siquiera es posible cerrar completamente plataformas como Twitter, que se emplean en todo el mundo", añade en una clara muestra de que, en efecto, el bloqueo no afectaba a su propio ordenador.

"Espero que esta situación no dure", concluye el presidente turco, quien se está desmarcando cada vez más de su viejo aliado, el primer ministro, el islamista Recep Tayyip Erdogan.

El viceprimer ministro, Bülent Arinç, pareció no haberse dado cuenta del cierre, al enviar hoy un breve ''tuit'' en el que anunciaba su agenda del día, y también otros altos cargos del partido gubernamental hicieron caso omiso.

Por otra parte, la Fiscalía turca desmintió su implicación en el polémico cierre de Twitter.

"Nosotros no hemos tomado esta decisión. Es una decisión administrativa", aseguró el fiscal jefe de Estambul, Hadi Salihoglu, al diario "Radikal".

El fiscal contradice así la información disponible en la web de la Autoridad de Telecomunicación turca, que atribuye el cierre a una decisión de la Fiscalía de Estambul, con fecha de ayer, y que cita además tres decisiones judiciales tomadas desde inicios del mes.

Momentos antes, la Unión de Colegios de Abogados de Turquía anunció que estaba recurriendo el bloqueo ante los tribunales y que consideraba la decisión "contraria a derecho".

Una importante parte de los usuarios turcos -país que ocupa el undécimo lugar en el mundo en número de ''tuiteros''- evitan el bloqueo mediante herramientas digitales de anonimato, y la actividad de Twitter en Turquía durante la madrugada era incluso más alta que en días normales, aseguran algunos usuarios.

El primer ministro turco prometió ayer "arrancar de raíz" a Twitter, en un discurso electoral pronunciado en la ciudad de Bursa, del que partes fueron, paradójicamente, transmitidas en directo desde su cuenta en esa red, que tiene 4,1 millones de seguidores.