Los colegios electorales cerraron ayer en Guinea Bissau tras una jornada sin incidentes en la que los ciudadanos del país africano eligieron a los 102 diputados del nuevo Parlamento y al nuevo presidente de la República, en los primeros comicios desde el golpe de Estado de 2012.

El día estuvo marcado por la falta de incidentes y la masiva participación, en unas elecciones presidenciales y legislativas que deben llevar al país a la normalidad democrática y devolver el poder a manos civiles tras un golpe de Estado que abocó a Guinea Bissau al ostracismo internacional.

Más de 500 observadores internacionales de organizaciones como la Unión Europea (UE) o la Unión Africana (UA) supervisaron unos comicios cruciales para el futuro de los guineanos, que formaron largas colas en los colegios electorales de la capital, Bissau, y del resto del país. Todos los candidatos y el presidente de transición de la República, Serifo Nhamadjo, hicieron durante el día llamamientos a la concordia, que fueron seguidos por los ciudadanos e hicieron posible una jornada cívica y pacífica en una nación marcado por la violencia política. Los resultados provisionales de los comicios está previsto que se conozcan antes del viernes.