La Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) advirtió hoy que la comida repartida en el campo de refugiados palestinos de Yarmuk, en el sur de Siria, se acabará este domingo y condenará a miles de personas al hambre extrema.

En un comunicado enviado a los medios, el portavoz de la UNRWA en Jerusalén, Chris Gunnes recordó que se han cumplido ya 10 días desde la última distribución de comida, plazo que duran las raciones de comida de la ONU.

"La UNRWA no fue autorizada a repartir comida el pasado día 18, fecha en la que se cumplieron diez días de la última distribución a más de 20.000 personas que necesitan desesperadamente esta ayuda", explicó.

"Dado que una ración de comida de la UNRWA permite comer durante 10 días, desde mañana no habrá comida en el campamento. Esta claro que la resolución del Consejo de Seguridad 2139 sobre Yarmuk no se está respetando", agregó.

Gunness resaltó, asimismo, que el incremento de la violencia y los combates durante marzo causó que la UNRWA solo pudiera acceder al campamento de refugiados 10 días entre 11 de marzo y el 10 de abril, y distribuir solo 3.390 raciones de alimentos.

La UNRWA logró entrar por última vez en Yarmuk el pasado 10 de abril con la intención de repartir comida y con el visto bueno previo de los bandos en conflicto, incluido el Gobierno de Damasco.

Desde entonces, miembros de esta agencia de la ONU esperan a sus puertas con miles de raciones alimenticias dispuestas para ser repartidas entre una población asediada y abocada al hambre, rehén del Ejército sirio, de las milicias armadas rebeldes y de los grupos palestinos.

En Yarmuk quedan unos 18.000 palestinos de los cerca de 160.000 que residían antes de que en marzo de 2011 estallara la actual guerra civil en Siria.

Los insurgentes asumieron su control en diciembre de 2012 y desde entonces sus calles ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos opositores y las fuerzas gubernamentales, apoyadas por el partido marxista "Frente Popular de Liberación de Palestina-Comando General" (FPLP-CG).

Desde julio de 2013, el régimen sirio lo mantiene cercado, un asedio que ha deteriorado hasta el extremo las ya de por sí trágicas condiciones de vida de sus habitantes y causado la muerte de al menos un centenar de personas por la falta de comida y medicinas.