El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, acusó hoy a Rusia de estar detrás del secuestro de los siete inspectores militares occidentales capturados ayer en la ciudad de Slaviansk, bastión de la sublevación prorrusa en el sureste del país.

"Este delito no pudo haberse cometido sin autorización u orden directa del Gobierno de Rusia, que coordina y apoya a terroristas que ocupan edificio, toman rehenes, torturan y matan a la gente", dijo Turchínov, citado por su oficina de prensa.

Los separatistas prorrusos mantienen retenidos en Slaviansk a siete militares europeos (tres alemanes, un polaco, un danés, un sueco y un checo), junto a otras seis personas, con el argumento de que en el autobús en el que viajaban había un espía del ejército ucraniano.

"La dirección política de Rusia debe ser sancionada conforme al derecho internacional por apoyar y respaldar el terrorismo", subrayó Turchínov.

Destacó que "ni siquiera la existencia de un mandato internacional detuvo a los delincuentes armados" que actúan en Slaviansk.

Fuerzas de seguridad y tropas de asalto ucranianas cercaron ayer esa ciudad, de casi 120.000 habitantes, en la segunda fase de la "operación antiterrorista" lanzada por Kiev contra las milicias prorrusas.

Sin embargo, el Gobierno de Kiev ha descartado un asalto en toda regla a la ciudad, por el riesgo que supondría para sus habitantes.

La cancillería ucraniana ha rechazado de plano las acusaciones de Moscú de que Kiev emplea el ejército contra la población civil.

"Rusia no tiene derecho moral ni jurídico para emitir tales valoraciones (...), sobre todo si toma en cuenta el carácter desproporcionado y cruel de la operaciones antiterroristas que se llevan a cabo la propia Federación Rusa", declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Yevgueni Perebiinis.

Recordó que las operaciones antiterroristas rusas en la región del Cáucaso Norte han dejado miles de civiles muertos y desaparecidos.