Las seis grandes potencias mundiales e Irán han comenzado hoy en Viena a las 08.00 horas GMT su cuarta ronda de contactos de este año con el objetivo de empezar a redactar un borrador de acuerdo que dé garantías de que el programa atómico iraní no tiene una finalidad militar.

El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, y la jefa de la diplomacia europa, Catherine Ashton, dirigen unos contactos que se espera se prolonguen hasta el viernes y con los que las negociaciones nucleares entran en una fase decisiva y que ambas partes reconocen van a ser muy difíciles.

Aunque ya ayer se produjeron contactos bilaterales y un encuentro informal entre Ashton y Zarif, hoy tiene lugar la primera reunión plenaria que sienta en la misma mesa a Irán y al llamado Grupo 5, compuesto por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania.

Una alta fuente diplomática estadounidense indicó ayer a los medios que aunque todas las partes toman la negociación de forma seria y profesional y buscan una solución diplomática, la redacción del borrador de acuerdo promete ser difícil.

"Que empecemos a redactar el borrador no significa que un acuerdo sea inminente o que podamos conseguir siquiera uno", advirtió esa fuente, que pidió no se mencionara su nombre.

También advirtió que mucho depende de la actitud de los iraníes: "No sabemos si Irán será capaz de tomar las difíciles decisiones que debe para asegurar al mundo que no va a obtener un arma nuclear y que su programa es por completo pacífico".

También el ministro Zarif insistió ayer a su llegada a Viena de lo importante y difícil de estas negociaciones.

"Hemos venido aquí con el mandato de llegar a un acuerdo", dijo Zarif al reconocer que "va a ser un proceso difícil, un proceso que requerirá de mucho cuidado y de muchas discusiones y redacciones".

Esta cuarta ronda de contactos forma parte de una hoja de ruta pactada el pasado noviembre y que se puso el 20 de julio como fecha inicial para cerrar un acuerdo definitivo.

Ese acuerdo tiene un doble objetivo: acabar con una década larga de dudas sobre si Irán busca tener armas atómicas y hacer posible que la República Islámica acceda a la energía y tecnología nuclear con fines pacíficos.