El constructor aeronáutico Airbus y la compañía Air France mantienen sus diferencias sobre las causas del accidente que en 2009 provocó la muerte de los 228 ocupantes de un vuelo entre Río de Janeiro y París, tras la publicación de un informe que señala a los pilotos como responsables.

Air France anunció hoy que pedirá la nulidad de ese estudio, elaborado por siete expertos y que indicó que el comportamiento de los pilotos provocó que el aparato se estrellara en el Atlántico el 1 junio de 2009, pocas horas después de despegar de la ciudad brasileña.

La aerolínea consideró que el peritaje, encargado por los jueces instructores del caso a petición de Airbus, "se ha hecho de forma unilateral", sin que la compañía "fuera invitada a participar en su elaboración".

"Los elementos de este informe hacen una presentación parcial falseada de las causas del accidente, lo que atenta contra los derechos fundamentales y de defensa de Air France", agregó la aerolínea.

Según la compañía, el estudio "omite numerosos elementos que conciernen al funcionamiento del avión".

Tanto Air France, propietaria de la aeronave que se estrelló, como Airbus, constructor del aparato, están procesados en la causa que se sigue en Francia.

El informe en cuestión, revelado ayer por diversos medios, cambia la tesis de los dos estudios oficiales que barajaban hasta ahora los jueces y que señalaban que el día del accidente fallaron elementos técnicos y humanos, lo que apuntaba a una responsabilidad compartida entre la empresa y la aerolínea.

Este nuevo peritaje establece que puede "establecerse claramente el predominio de factores humanos en las causas del accidente".

Además, los miembros de la tripulación no aplicaron el procedimiento previsto para este tipo de situaciones.

El informe se refería directamente a la responsabilidad de la aerolínea y criticaba "la ausencia de directivas claras de parte de Air France" y la "insuficiente formación de los pilotos", también imputable a la compañía.

De acuerdo con las conclusiones de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) emitidas en 2012, el accidente tuvo lugar después de que el hielo bloqueara las sondas de medición de la velocidad del A330, lo que provocó que los pilotos desconocieran ese dato cuando atravesaban una zona de turbulencias.

En ese momento no aplicaron el protocolo adecuado y elevaron el rumbo del avión, hasta que este perdió su horizontalidad, dejó de planear y se colocó en situación de caída libre.

Una circunstancia que no supieron interpretar los pilotos, que creyeron que estaban ascendiendo cuando en realidad el avión perdía altura.

Después del accidente, el modelo de sondas de medición de velocidad que equipaba el avión ha sido cambiado en todos los aparatos, lo que prueba, según Air France, que no se pueden descartar los factores técnicos como causantes del siniestro.

En el trasfondo de la disputa entre el fabricante y la aerolínea está el pago de las multimillonarias indemnizaciones a los afectados.