El papa Francisco aterrizó esta tarde en el aeropuerto internacional Ben Gurión, a las afueras de Tel Aviv, para la tercera etapa de su visita a Tierra Santa.

Francisco llegó en un helicóptero de la Fuerza Aérea jordana procedente de la ciudad palestina de Belén, donde hoy se reunió con el presidente Mahmud Abás y ofició una misa ante unos 8.000 creyentes en la Plaza del Pesebre.

En la pista del aeropuerto, Francisco fue recibido por el presidente de Israel, Simón Peres, y por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, entre otros dirigentes de los tres poderes, del Ejército y de las fuerzas de seguridad, según marca el protocolo local.

Francisco dividirá su estancia de apenas 24 horas en Jerusalén entre el diálogo ecuménico con la Iglesia ortodoxa, el peregrinaje a los lugares santos, y una visita a las autoridades israelíes.

Tras la bienvenida oficial en Tel Aviv, a la que debió desplazarse por motivos políticos a pesar de encontrarse antes en Belén, a sólo 8 kilómetros de Jerusalén, el papa celebrará un encuentro con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo, en el Santo Sepulcro.