Los cuatro observadores de la misión de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) retenidos desde el pasado lunes por las milicias prorrusas en la región de Donetsk son sospechosos de espionaje, informó ayer uno de los líderes del separatista Frente Popular de Donbass, Vladímir Rógov.

Rógov dijo que los detenidos -ciudadanos de Turquía, Dinamarca, Estonia y Suiza- portaban "equipos sospechosos". "Les estamos verificando. Al mismo tiempo estamos en contacto permanente con la OSCE. Ellos saben que sus muchachos están bien", afirmó.

Además de a estos cuatro observadores en Donetsk, los rebeldes ucranianos secuestraron durante esta semana a otros cuatro en Lugansk, con lo que ya son ocho los que están en su poder. Ayer anunciaron la liberación de este segundo grupo, pero la noticia no tuvo confirmación .

El "parte de guerra" diario registró nuevos combates entre el Ejército y las milicias prorrusas en el este de Ucrania. A pesar de que Donetsk, baluarte de la sublevación, amaneció relativamente tranquila, las autoridades denunciaron dos intentos baldíos de los separatistas de hacerse con el control del aeropuerto internacional.

La autoproclamada "república popular de Donetsk" informó de que tuvo seis bajas mortales entre sus filas en el aeropuerto. La formación rebelde denunció que sus milicianos fueron tiroteados por las tropas ucranianas cuando intentaban retirar los cadáveres de sus compañeros del recinto.

Mientras, en Slaviansk se registraron nuevos tiroteos, en los que dos civiles murieron y otros cuatro resultaron heridos, según los separatistas. Por su parte, el Ejército ucraniano acusó a los separatistas de haber protagonizado la escaramuza bélica.

En Lugansk, las tropas ucranianas repelieron un ataque prorruso en un puesto fronterizo. Unos 80 asaltantes utilizaron lanzaminas, lanzagranadas y fusiles. Las tropas ucranianas recibieron el refuerzo de un caza Su-27, tras cuya llegada los separatistas se retiraron.