El Senado brasileño aprobó hoy en última votación un proyecto de ley que prohíbe la imposición de castigos físicos para los niños y adolescentes, incluyendo palmadas, tras cuatro años de debates legislativos y una dura oposición de algunos legisladores que representan a las iglesias evangélicas.

La llamada "Ley de la palmada", que esta misma semana será enviada a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, para su respectiva sanción, fue aprobada por "votación simbólica", es decir por un acuerdo entre los portavoces de todos los partidos políticos representados en el Senado.

El texto es una enmienda al Estatuto del Niño y del Adolescente, una ambiciosa legislación de protección al menor que entró en vigencia hace 24 años en Brasil, y fue inspirado en la legislación de varios países que ya cuentan con leyes que prohíben a los padres darle palmadas a sus hijos.

La norma establece que los infractores sean advertidos por las autoridades, y obligados a presentarse en instituciones de protección de la familia para recibir orientaciones o tratamiento psicológico o psiquiátrico.

Pese a que el Estatuto del Niño y del Adolescente ya prevé sanciones para los responsables por el maltrato de menores, la enmienda define específicamente el castigo corporal como una acción de fuerza física, con fines "disciplinarios o punitivos", que puede resultar en "dolor o lesión en el niño o el adolescente".

La norma no prevé penas criminales para quien viole la prohibición, ni especifica el tipo de advertencia que las autoridades podrán darle a los acusados. En cambio, sí prevé la imposición de multas para profesores o médicos de instituciones públicas que tengan conocimiento de castigos físicos y se abstengan de denunciarlos.

"Dependiendo de la situación, es posible llamar a la policía, pero la idea no es penalizar, sino conducir a esos padres a cursos de orientación o a psicólogos. No se trata de una iniciativa para castigar, sino para contribuir para una sociedad más tolerante y menos agresiva", afirmó la senadora socialista Ana Rita, ponente del proyecto en la Cámara alta.

La popular presentadora de programas infantiles de televisión María das Graças Meneghel "Xuxa", una de las principales defensoras de la iniciativa, participó como invitada especial en la sesión del Senado en la que el proyecto fue aprobado.

"Los padres podrán educar a sus hijos de cualquier forma, pero sin el uso de la violencia. La ley sólo impide el uso de violencia", afirmó la presentadora.