El periodista estadounidense Peter Theo Curtis regresó este martes a su país tras dos años de secuestro en Siria a manos de un grupo filial de Al Qaeda y después de que se conociera su liberación el pasado domingo, informó su familia en un comunicado recogido por los medios locales.

Curtis, de 45 años, voló de Tel Aviv (Israel) a Newark (Nueva Jersey, EE.UU.) y de ahí se desplazó a Boston, donde se reencontró con su madre, Nancy Curtis, según el relato de sus familiares.

"Estaré eternamente en deuda con los oficiales estadounidenses que han trabajado en mi caso. Y quiero agradecer especialmente al Gobierno de Catar por intervenir por mí", afirmó Curtis según el citado comunicado.

La madre del periodista explicó el domingo que el Gobierno de Catar negoció para lograr su liberación por motivos "humanitarios" en otro comunicado en el que expresó su "profundo agradecimiento a los Gobiernos de Estados Unidos y Catar y a los muchos individuos, privados y públicos, que ayudaron a negociar la liberación" de su hijo.

La suerte de Curtis corría peligro después de que se conociera el martes pasado que otro periodista estadounidense, James Foley, había sido decapitado por los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Siria casi dos años después de su secuestro.

Su brutal asesinato se conoció por un vídeo que difundió el grupo extremista, una muerte que recibió la condena mundial, tanto de autoridades como del Consejo de Seguridad de la ONU.

En esta ocasión, sin embargo, Curtis corrió distinta suerte cuando fue entregado a fuerzas de paz de la ONU en la localidad de Al Rafid, en la provincia siria de Quneitra, en los Altos del Golán, limítrofes con Israel.

Había sido secuestrado en la localidad turca de Antakia, cuando intentaba entrar a Siria para cubrir el conflicto bélico que había estallado un año antes en ese país, alentado por la "primavera árabe" que se había extendido por el Magreb y Oriente Medio.

El final feliz de este secuestro puede estar vinculado con el hecho de que sus captores, el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, ha roto lazos con EI, que utiliza métodos más brutales que el otro grupo.