El exmediador estadounidense en las negociaciones entre Israel y los palestinos, Martin Indyk, opinó hoy que la violencia en Gaza puede poner "otro clavo en el ataúd" del proceso de paz y ha agravado la ya "tensa" relación entre los jefes de Gobierno de Israel, Benjamin Netanyahu, y Estados Unidos, Barack Obama.

Según Indyk, que hasta hace dos meses era el enviado especial de Estados Unidos para las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, los últimos 50 días de combates en la región, que han causado más de 2.100 muertos en el lado palestino y 68 en el israelí, han hecho "mucho más difícil" la dinámica del proceso de paz.

"Más allá de todo el antagonismo que genera el conflicto, esta guerra en Gaza puede haber puesto otro clavo en el ataúd de la solución de dos estados", dijo Indyk en una entrevista con la revista Foreign Policy.

El diplomático, que fue también embajador en Israel, argumentó que la crisis ha "ahondado la antipatía entre los dos lados" y aumentado la resistencia israelí a retirar sus fuerzas armadas de Cisjordania.

Para el lado palestino, "las negociaciones ya no tienen credibilidad, veinte años después de Oslo y con más de 300.000 israelíes asentados en Cisjordania y un continuo crecimiento de asentamientos", agregó.

Indyk, que ahora es vicepresidente del centro de estudios Brookings, pronosticó también que la crisis puede "debilitar políticamente a Netanyahu" porque parte del pueblo israelí se sentirá "insatisfecho" con toda solución a la crisis en Gaza que no resulte en "la derrota total de Hamás".

También reconoció que la crisis en Gaza ha tenido "un impacto muy negativo" en la relación entre Estados Unidos e Israel.

"La relación personal entre el presidente (Obama) y el primer ministro (Netanyahu) ha sido tensa desde hace un tiempo y se ha complicado más por los últimos acontecimientos", sostuvo Indyk.

En general, consideró que hay un cambio en Estados Unidos, donde la generación más joven se siente menos apegada a Israel, lo que puede "erosionar la base de la relación" a largo plazo.

Además, a medida que Israel se responsabiliza cada vez más de su propia seguridad, "es muy difícil argumentar que Estados Unidos tiene un interés estratégico en resolver el conflicto palestino-israelí", indicó.

"Es sólo uno de muchos conflictos y no es el más importante, ni el más difícil. Podríamos dejar solo a Israel para lidiar con ello como pueda, pero eso no es lo que hace un verdadero amigo", agregó.

Por tanto, ante el estancamiento del proceso de paz lanzado por el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, en julio de 2013, Obama pensó que "era necesario hacer una pausa", dado que no había sido "capaz de lograr un avance" en el proceso de paz, explicó.

Indyk argumentó que las negociaciones no podrán reiniciarse a no ser que Israel decida "que quiere resolver el dilema" que enfrenta a medida que crece una generación de jóvenes palestinos "que no creen en una solución de dos estados, y que quieren igualdad de derechos dentro de Israel".

"Creo que el cambio tendrá que venir de Israelíes y palestinos llamando a la puerta del presidente y diciendo: ''Estamos listos, queremos resolver esto ahora'', en lugar de que Estados Unidos llame otra vez a su puerta e insista en que tienen que hacerlo", concluyó.