Los participantes en la conferencia sobre la paz y la seguridad en Irak se comprometieron ayer a aportar a las autoridades del país los medios necesarios en la lucha contra el yihadista Estado Islámico (EI) y mostraron su determinación para aplicar las resoluciones de la ONU contra el terrorismo.

El apoyo, según el comunicado difundido al término del encuentro, "contempla una ayuda militar apropiada, correspondiente a las necesidades expresadas por las autoridades iraquíes y dentro del respeto del derecho internacional y de la seguridad de las poblaciones civiles".

La veintena de países convocados en París subrayaron igualmente su determinación para aplicar las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, principalmente la 2.170, y se mostraron dispuestos a adoptar "las medidas necesarias para que produzca todos sus efectos".

"Se necesita una acción determinada para erradicar el EI, especialmente con medidas para prevenir la radicalización, coordinando la acción de todos los servicios de seguridad y reforzando la vigilancia de las fronteras", señala el texto.

Las conclusiones no detallan el papel que jugará cada país ni la ayuda concreta que se deberá aportar, pero sí dejan claro la "plena movilización" en su apoyo contra esa organización, que aseguran que no es "ni un Estado ni representativa del islam, sino un movimiento de un peligro que es extremo".

Gobierno de unidad

En la reunión con representantes de la Liga Árabe, la ONU y la Unión Europea, se destacó la formación de un nuevo gobierno de unidad nacional en Irak, y se subrayó el respaldo a la unidad, integridad territorial y soberanía de ese país. Para los participantes, el EI representa una amenaza "para Irak, pero también para el conjunto de la comunidad internacional", y la respuesta global debe contemplar también asistencia humanitaria y de cara a la reconstrucción del país. La conferencia ha sido útil porque va a permitir avanzar en el apoyo necesario para la paz y la lucha contra el EI", resumió ante los medios informativos el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius.