El analista político escocés Alistair Beaton señala que tras los procesos por la independencia abiertos en Escocia o Cataluña no hay razones históricas o sentimentales, sino que son consecuencia de la "desilusión" que sienten los ciudadanos hacia una forma tradicional de hacer política.

"Por toda Europa hay una desilusión hacia la política tradicional. Los escoceses sienten que no pueden seguir confiando en los partidos tradicionales", afirma en una entrevista en Madrid, donde se encuentra promocionando su obra de teatro "Feelgood", una sátira sobre la política actual.

Beaton no se define como nacionalista pero quiere que gane el "sí" en el referéndum de mañana -aunque cree que eso no va a ocurrir- porque "el sistema político actual está roto", y la independencia "es una oportunidad para tener un nuevo punto de partida, para empezar de nuevo".

Señala además que la desafección política se refleja en los índices de participación de los escoceses en las elecciones: mientras que en los últimos comicios no participó más del 60 por ciento de los electores, mañana se espera que la cifra alcance el 80 por ciento.

En cuanto al caso escocés, insiste en que no priman las razones sentimentales o emocionales, sino que los escoceses se sienten alejados de la política que se hace en Londres.

Recuerda que en el parlamento británico, de los 59 asientos que corresponden a Escocia, solo uno está ocupado por un conservador, por lo que los escoceses, mayoritariamente de izquierdas, han tenido que soportar gobiernos de derechas -incluido el del laborista Tony Blair, bromea-.

Apunta a que la Unión ha hecho "algunas cosas para sentirse orgullosos", pero afirma también que hay muchas otras "de las que avergonzarse", entre las que cita la "guerra ilegal e inmoral de Irak".

Beaton también pone como ejemplo el sistema ferroviario británico para explicar la distancia entre los políticos y los ciudadanos.

La red ferroviaria se ha convertido con la privatización en un sistema "horrible y de los más caros de Europa", señala, y aunque hay una mayoría de ciudadanos que pide su nacionalización, ningún partido va a proponerlo porque "tienen miedo a las presiones del capital internacional".

"El sistema tradicional ha fallado a la gente, la gente lo ve como algo extraño", apunta Beaton, para el que este hecho también explica el auge de los movimientos de ultraderecha por todo el continente europeo.

Volviendo al referéndum que se celebra mañana, este analista es de los que piensan que la redacción de la pregunta va a adulterar el resultado, porque no da la opción de más autonomía a Escocia, que es la posición mayoritaria entre los ciudadanos, y éste grupo acabará sumándose al "sí".

Culpa directamente de este hecho al primer ministro británico, David Cameron, quien rechazó dar la opción de más autonomía porque hace meses el "sí" ganaba en las encuestas con mucha holgura, y vio la oportunidad de acabar con esta situación definitivamente, "ni más autonomía, ni más independencia".

Sin embargo, los márgenes entre las dos opciones se han ido estrechando, y ha sido cuando los políticos ingleses han empezado a decir "que aman a Escocia" y a ofrecer más autonomía, una actitud "cínica y simplista" que ha impulsado la opción de la independencia.

Para Beaton ese auge es también una reacción a la campaña "de terror, de asustar a la gente por parte de los grandes bancos", porque los escoceses no olvidan "el desastre" que provocaron esas entidades al inicio de la crisis y hay muchos que están "muy contentos" porque abandonen el país.

"Si gana el ''sí'', en parte será una respuesta a esa política de terror fiscal y financiero", añade.

En cualquier caso, admite que ha habido una campaña por parte de ambos bandos por ocultar las consecuencias económicas de la independencia, pero confía en el electorado escocés que, "por lo general", está bien informado.

Beaton prefiere no establecer comparaciones entre el proceso escocés y el catalán, aunque señala que el Gobierno español va a estar tan pendiente del resultado de la consulta como el inglés.

"Londres y Madrid están en el mismo bando, esperan el mismo resultado" dice Beaton, que asegura que si Escocia vota "sí", Cameron "está acabado", una de las razones por las que el Gobierno español está muy pendiente de lo que ocurra.

A pesar de que no hace comparaciones, Beaton sí señala que en ambos procesos la aspiración independentista no es lo fundamental, porque "la diferencia entre independencia total y más autonomía no es tan grande", especialmente en un mundo en el que esa independencia total "es imposible".

Lo importante, en su opinión, es "la sensación de la gente de que ha recuperado la democracia, de que ésta les pertenece", y de que son los ciudadanos quienes tienen las riendas de la política en lugar de percibir que están sometidos "a los grandes capitales internacionales".