Los escoceses rechazaron por un amplio margen de diez puntos, mayor al esperado, la oferta independentista que votaron el jueves en referéndum con una participación récord de casi el 85 %.

Según el recuento oficial dado a conocer ayer, un 55 % de los residentes en esta región británica marcaron con un "no" la papeleta en la que se les preguntaba si Escocia debería ser un país independiente, mientras otro 45 % rellenó el "sí".

La victoria de los unionistas, bastante más abultada de lo que pronosticaban los sondeos, llevó alivio al Gobierno del conservador David Cameron y decepción al ejecutivo autónomo escocés de Alex Salmond, promotor de una consulta que podría haber puesto fin a una historia común de más de 300 años.

Ambos políticos acordaron en octubre de 2012 que se celebraría este inédito referéndum y ahora iniciarán un proceso de negociaciones para llevar a cabo la transferencia de poderes a Escocia prometida por Westminster para apagar sus ínfulas separatistas.

El "no" a la secesión arrasó con un 55,42 % de los votos (1,91 millones) frente al 44,58 % (1,53 millones) del "sí".

Estaban convocados a las urnas casi 4,3 millones de residentes en Escocia mayores de los 16 años. Fue la primera vez que los adolescentes de 16 y 17 años pudieron votar.

Durante la larga noche electoral, en la que el escrutinio del primer distrito escocés fue dado a conocer tres horas y media después del cierre de las urnas a las 21.00 GMT del jueves, los primeros resultados ya apuntaban a la victoria del "no" y pronto se vio que el avance era imparable.