Los kurdos solo han contado hasta ahora con el apoyo de la coalición internacional liderada por EEUU para defender el enclave de Kobani, en la frontera entre Siria y Turquía, donde los rebeldes sirios son reticentes a intervenir pese a que comparten el mismo enemigo: el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Tan solo un grupo del Ejército Libre Sirio (ELS), la Brigada de los Revolucionarios de Al Raqa, se ha trasladado a la ciudad kurdo siria para luchar junto a las milicias kurdas y defenderla del ataque de los extremistas, iniciado a mediados de septiembre.

"Hay algunos combatientes del ELS que se enfrentan al EI junto a las Unidades de Protección del Pueblo (kurdo) en Kobani, pero no hay más porque los kurdos decidieron separarse", afirma en declaraciones el coronel del ELS, Qasem Sadedín.

El oficial rebelde se refiere a la decisión de los kurdos de formar este año una administración autónoma en Siria en sus tres regiones principales -Kobani, Afrín y Al Yazira-, independiente del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y del Gobierno interino de la oposición.

Anteriormente, tampoco había una gran colaboración entre los insurgentes y los kurdos, que han resistido prácticamente solos el avance de los yihadistas por las áreas donde son mayoría.

Para el portavoz del opositor Ejército del Islam, Abu Huzaifa, los rebeldes no han acudido a defender Kobani "primero porque hay que entrar desde Turquía, ya que la ciudad está rodeada por el EI y es imposible acceder por otro lado".

Y "segundo, los kurdos no son rebeldes, para mí son tan malos como el EI, ellos colaboran con el régimen (de Damasco) en Al Hasaka y tienen milicias del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), creadas por Bachar al Asad", asegura a Efe.

La vinculación de la principal formación política kurdo siria, el Partido de la Unión Democrática (PYD), con la guerrilla separatista kurdo turca, PKK, históricamente próxima a Damasco y opuesta a Ankara, condiciona la percepción de los rebeldes sirios.

Aun así, los responsables políticos kurdos en Siria niegan cualquier tipo de relación con el Gobierno de Al Asad.

"Nosotros luchamos por una Siria independiente y democrática", asegura el portavoz del PYD, Nauaf Jalil.

"El problema es que en este país no todos luchan por este objetivo -agrega Jalil-. Hay cientos de grupos que se levantaron en armas contra Al Asad, pero algunos, como el Frente al Nusra o el Estado Islámico, no desean la democracia".

El portavoz explica que existen, además, organizaciones opositoras tan fuertes, como los Hermanos Musulmanes sirios, que tienen lazos con Ankara y que han rechazado una intervención rebelde para defender Kobani.

Hasta ahora, las autoridades turcas solo han dejado pasar a Kobani a cientos de jóvenes voluntarios kurdos, procedentes de Turquía, aunque ayer anunciaron que facilitarían el acceso de los "peshmerga", fuerzas kurdas de Irak.

Jalil destaca que en este caso lo más sencillo sería que Turquía permitiera el paso por su territorio de refuerzos kurdos procedentes de las otras dos regiones kurdas de Siria: Afrín, situada en la provincia de Alepo -al igual que Kobani- y Al Yazira, en Al Hasaka.

Estos tres enclaves están desde hace meses desvinculados territorialmente porque entre ellos hay amplias zonas tomadas por los yihadistas.

Sin embargo, esta posibilidad parece complicada dado que Turquía considera al PYD como un grupo terrorista y ha expresado su repulsa por el proyecto de autonomía de los kurdos sirios.

Por ello, es posible que las autoridades turcas hayan preferido facilitar el paso a los "peshmerga", ya que sus lazos con el Ejecutivo kurdo iraquí son mejores que con el PYD.

Mientras llegan los refuerzos de los "peshmerga", Kobani resiste la embestida del Estado Islámico, con el respaldo de los bombardeos de la coalición y con las nuevas armas y municiones suministradas recientemente por Estados Unidos.