El presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, decretó ayer el estado de sitio en el país y disolvió el Gobierno, tras una violenta y masiva protesta ciudadana contra la reforma constitucional que había impulsado para prolongar su mandato.

Compaoré, que tomó esta decisión tras reunirse con el Consejo de Ministros, señaló que está dispuesto a negociar con la oposición y que el general Gilbert Diendere será ahora el encargado de restablecer el orden en el país, según un comunicado gubernamental, citado por los medios locales.

Tras el anuncio, Diendere informó de que la Asamblea Nacional queda disuelta e informó de la creación de un "órgano de transición" para garantizar un retorno a la normalidad.