El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, aseguró hoy que la potencia asiática va a estar muy presente en el proceso de reconciliación de Afganistán y urgió al movimiento talibán y a otras facciones políticas que dejen "atrás el pasado y formen parte del proceso".

"La reconciliación de Afganistán se enfrenta a muchas oportunidades, pero también a grandes retos", dijo este viernes el ministro chino, en una rueda de prensa celebrada junto con su homólogo afgano, Zarar Ahmad Osmani, en Pekín.

Reunidos con motivo de la IV cumbre del denominado Proceso de Estambul, creado para ampliar la cooperación entre Afganistán y sus vecinos en 2011 y que tuvo lugar hoy en Pekín, Wang hizo hincapié en que la lucha contra el terrorismo es el objetivo primordial de la organización, y que ofrecerá "la ayuda necesaria" en ese sentido.

"China ha sido y será parte del proceso de paz a través de múltiples vías", dijo, y mencionó, por ejemplo, la asistencia económica, el desarrollo de proyectos de infraestructura o el entrenamiento de profesionales en Afganistán para que tomen el control del país.

El pasado martes, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que China aportará 300 millones de dólares en asistencia a la reconstrucción de Afganistán hasta 2017 durante un encuentro con su homólogo afgano, Ashraf Gani, en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.

Xi mostró entonces su apoyo para preservar la seguridad de Afganistán tras la retirada de las tropas de la OTAN, el próximo diciembre, guante que hoy recogió Wang, quien enfatizó que luchar contra la violencia "es una responsabilidad ineludible, no sólo de China, sino de toda la región y de la comunidad internacional".

Acerca de la salida de la Organización del Atlántico Norte, el ministro afgano se mostró confiado en que el país pueda hacerse con el pleno control de la seguridad a finales de año.

"Nuestros efectivos de seguridad controlan ahora el 90 por ciento; a finales de año controlarán el 100 por cien", dijo Osmani en la rueda de prensa, celebrada en la Residencia de Diaoyutai, las instalaciones donde el Gobierno chino hospeda a jefes de Estado extranjeros.

Aunque remarcó que "la capacidad (en Afganistán) existe", añadió que "los países de la región y toda la comunidad internacional también debe mostrar su compromiso" en garantizar la seguridad del país.

No obstante, Estados Unidos anunció que mantendrá a unos 9.800 soldados en territorio afgano hasta finales de 2016, cuando el país atraviesa una de sus etapas más sangrientas después de que el año pasado las fuerzas de seguridad afganas se hicieran con el mando.

Gani preside el Gobierno de unidad nacional desde los comicios del pasado septiembre, y el líder de la resistencia antitalibán, Abdulá Abdulá, fue nombrado jefe del Gobierno.

Durante la cumbre de hoy, en la que participaron más de 40 representantes de rango ministerial, entre ellos de los países miembros (15) y John Podesta, consejero de Barack Obama, se firmó la "declaración de Pekín", por la que los asistentes se comprometieron a seguir una línea de cooperación en pos de la seguridad afgana.