Rusia instó hoy a Kiev y a Occidente a reconocer las elecciones separatistas del domingo en el este de Ucrania, aduciendo que los rebeldes prorrusos necesitan líderes democráticamente elegidos con vistas a las negociaciones de paz.

"Esa gente (los insurgentes), que se ha ganado la confianza de la población, quiere celebrar unas elecciones para recibir un mandato democrático y así representar a su pueblo en las negociaciones con Kiev. ¿Qué hay de malo en ello? Habría que alegrarse", declaró Vladímir Chizhov, embajador ruso ante la Unión Europea.

El Kremlin adelantó que reconocerá los resultados de los comicios en las zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk controladas por las milicias rebeldes, que boicotearon las elecciones legislativas ucranianas del domingo pasado.

"Está claro que las elecciones no transcurrirán en estricta consonancia con la legislación ucraniana. ¿Y qué? Lo importante es el resultado", agregó Chizhov en declaraciones a la televisión rusa.

Esa no es la opinión de Kiev, que ofreció a los separatistas la opción de elegir a sus interlocutores ante el Gobierno central en unas elecciones locales el próximo 7 de diciembre, según la ley de autogobierno que les concede tres años de autonomía.

Mientras, la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN consideran que estas elecciones amenazan el arreglo pacífico del conflicto, ya que son un paso más en la escisión de las zonas rebeldes del resto del país.

"Esa postura es ilógica. El sentido de los acuerdos sellados en Minsk (para detener la guerra) es contribuir a la reducción de la tensión y ayudar a lograr un arreglo político del conflicto", replicó Chizhov.

Y añadió: "La senda del arreglo político pasa por las negociaciones. ¿Entre quienes? Entre los representantes de las partes en conflicto, quienes deben, por lógica, recibir unas facultades determinadas" por medio de unas elecciones democráticas.

"Los insurgentes necesitan personas investidas con poderes y con facultades", insistió.

El diplomático ruso recordó que, en el mismo sentido, "Rusia reconoció los resultados de las elecciones" legislativas del 26 de octubre en Ucrania, aunque la campaña dejó mucho que desear.

El presidente ruso, Vladímir Putin, abordó hoy las elecciones separatistas durante su reunión semanal con el Consejo de Seguridad del Kremlin y en las conversaciones telefónicas que mantuvo con su homólogo ucraniano, Petró Poroshenko; la canciller alemana, Angela Merkel, y su colega francés, Francois Hollande.

"Rusia aboga por un diálogo entre el Gobierno ucraniano y los representantes de las regiones de Donetsk y Lugansk, lo que contribuiría sin duda alguna a la estabilización de la situación", informó el Kremlin en un comunicado.

Ésta será la segunda votación que organizan los separatistas desde que se sublevaran contra Kiev en abril pasado, ya que a mediados de mayo pasado celebraron sendos polémicos referendos en los que la mayoría de los participantes apoyó la independencia.

No obstante, ahora los rebeldes únicamente controlan un tercio de Donetsk y Lugansk, aunque es verdad que sus plazas fuertes incluyen las capitales regiones y las ciudades más pobladas, con la excepción de Mariúpol (puerto en el mar de Azov), sede del Gobierno provisional leal a Kiev.

En las zonas reconquistadas por el Ejército y la Guardia Nacional vive más del 40 por ciento de la población de esas dos regiones prorrusas y, de hecho, en las legislativas participó en torno a un 30 por ciento del electorado en ambos casos.

En principio, está descartado que los habitantes de las zonas reconquistadas puedan participar en los comicios separatistas, aunque ambos bandos aún no ha establecido una clara línea de separación que acordaron el 19 de septiembre en el Memorándum de Paz de Minsk.

Por todo ello, se desconoce el censo real de votantes en las zonas rebeldes con vistas a las elecciones del domingo, lo que dificulta su legitimidad, aunque varios partidos políticos rusos han enviado observadores a la zona para apoyar su causa.

Mientras, nuevas columnas de camiones con ayuda humanitaria procedentes de Rusia cruzaron hoy la frontera con destino a las zonas rebeldes a través de los sectores controlados por las milicias.

Unos 50 camiones descargaron alimentos y material de construcción en Donetsk, además de un cargamento para el departamento local de Educación, que quiere iniciar cuanto antes el curso académico, pese al frágil alto el fuego que rige desde hace dos meses.

Mientras, otras 500 toneladas de carga humanitaria llegaron a Lugansk, la zona más afectada por la falta de suministros desde finales de junio.