Los 43 nombres de los jóvenes desaparecidos en México hace mes y medio fueron hoy coreados por miles de ciudadanos en marchas organizadas para exigir su aparición con vida, mientras los presuntos responsables de la noche violenta del 26 de septiembre siguen declarando ante la Fiscalía.

Se trata de la tercera jornada global de movilizaciones por los alumnos de la escuela para maestros de Ayotzinapa convocada por estudiantes de casi un centenar de universidades de todo México.

La marcha más multitudinaria tuvo lugar en la capital mexicana y en ella participaron miles de ciudadanos, en su mayoría estudiantes, desde la residencia oficial de Los Pinos al Zócalo capitalino.

También se unieron los familiares de los jóvenes que desaparecieron en el municipio de Iguala tras ser entregados por policías al cártel Guerreros Unidos en una violenta noche en la que murieron seis personas y 25 resultaron heridas.

Poco antes de las 19.00 hora local (01.00 GMT del jueves) la marcha llegó al Zócalo, donde concluyó con declaraciones de los padres de los desaparecidos, que criticaron la programada gira del presidente de México, Enrique Peña Nieto, a China y Australia del 8 al 15 de noviembre.

"Ahorita el presidente está apurado por solucionar rápido el caso, y lo digo entre comillas porque no ha resuelto nada y nos traen de aquí para allá. Y él, en su viaje, se va a querer parar el cuello porque es candil de la calle y oscuridad de su casa. Que diga la verdad en el extranjero", dijo uno de los padres.

Otro de los familiares tomó la palabra para pedir "que vaya empacando (Peña Nieto) para que se vaya de nuestro país pero no a promocionar la venta del mismo, sino para que ya no regrese nunca más".

Durante la manifestación, el poeta Javier Sicilia dijo que apoya a los jóvenes mexicanos ya que "son la reserva moral", y agregó que "si el Estado no les hace caso, ellos tienen todo el derecho a exigir".

"Espero que (el caso Ayotzinapa) sea la gota que colme el vaso y promueva una transformación profunda del país", agregó Sicilia, cuyo hijo fue asesinado en marzo de 2011 por el crimen organizado.

La marcha se produce un día después de la detención el martes del exalcalde de Iguala José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, en un domicilio de la capital mexicana.

Ambos son considerados inductores de los asesinatos y de la desaparición al ser regentes de un municipio que estaba sometido a Guerreros Unidos, un grupo criminal que surgió en 2009 tras la fractura del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

Aunque fuentes oficiales no han dado información nueva sobre la captura de la pareja o sus declaraciones, medios locales publicaron que el matrimonio se ocultaba en una casa que les prestó Noemí Berumen, amiga de una de las dos hijas de Abarca y Pineda que fue interrogada y liberada horas después.

En declaraciones a Televisa, el recientemente nombrado gobernador del sureño estado de Guerrero, Rogelio Ortega, reiteró hoy que la captura permitirá completar "las piezas que faltaban en el rompecabezas" y "profundizar en algunas líneas de investigación".

"Yo siempre he insistido en que mientras no se nos demuestre de forma fehaciente que los muchachos están muertos" el Gobierno mexicano debe "orientarse a la búsqueda intensa", dijo.

En la capital mexicana, diversas organizaciones religiosas celebran también en el Zócalo una vigilia de 43 horas en la que están realizando ayuno y oración por los jóvenes.

Además, han instalado un altar en memoria de las personas desaparecidas y de los muertos en México "como una muestra de todo lo que está pasando en el país", explicó Noé Amezcua, integrante del Centro de Estudios Ecuménicos (CEE) que participa en esta jornada.

En Guerrero, las protestas fueron protagonizadas por grupos de estudiantes, maestros y autodefensas que cortaron varias carreteras, entre ellas la Autopista del Sol que une a la capital mexicana con la turística ciudad de Acapulco y que estuvo cerrada durante más de seis horas a la altura de Chilpancingo, capital del estado.

Además, continúa la marcha "43x43. Ni un desaparecido más" que desde el lunes partió de Iguala a la capital mexicana, un acto organizado por el Consejo Estatal de Organizaciones (CEO) que integran agrupaciones civiles de casi todo el país.

A través de un comunicado, el dirigente de este colectivo, Pepe Alcaraz, dijo que marchan para reclamar no solo por los 43 estudiantes sino por aquellos que han aparecido en fosas clandestinas y cuya identidad se desconoce.

"Los miles de desaparecidos tienen nombre y familias. Y los jóvenes dónde están, y los mexicanos en manos de quién estamos", se preguntó el organizador de esta marcha en la que 43 personas caminan, apadrinando a cada uno de los 43 estudiantes.