El grupo extremista Estado Islámico (EI) emitió ayer en foros yihadistas un mensaje de audio en el que su líder, Abu Bakr al Bagdadi, supuestamente acepta la adhesión de otros grupos extremistas de Arabia Saudí, Yemen, Egipto, Libia y Argelia, y anunció la expansión de su califato a estos países.

Además, subrayó el "fracaso" de la operación militar de la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra sus posiciones en Irak y Siria, y se comprometió a proseguir sus avances hasta ocupar "Roma", en alusión al continente europeo.

"Os damos la buena noticia de la extensión del EI a Arabia Saudí, Yemen, Egipto, Libia y Argelia, y anunciamos la aceptación de la pleitesía de nuestros hermanos que nos juraron lealtad en aquellos países", dijo en la grabación el que parece ser Al Bagdadi, que consideró a estos estados como provincias del nuevo califato del EI.

Además, anuló los nombres actuales de estos grupos extremistas, les nombró como filiales en sus respectivos países y les anunció la próxima designación de sus responsables.

También, pidió a todos los individuos y grupos que juraron lealtad a Al Bagdadi desplazarse a la provincia más cercana de lo que él considera el Estado Islámico y obedecer a su gobernador, que será nombrado por él mismo.

De forma concreta, pidió a los ciudadanos saudíes que luchen contra todos los chiíes en su país, contra la familia gobernante de Al Saud y sus soldados, y también contra los ciudadanos occidentales, sin hacer distinción entre civiles y militares. Además, el supuesto Al Bagdadi se comprometió a enviarles refuerzos "militares".

Por otra parte, demandó a los yihadistas del Yemen (de la organización terrorista de Al Qaeda) que luchen contra el movimiento chií de los hutíes de Ansar Alá (Seguidores de Alá). Además, instó a los extremistas de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia a "combatir contra los laicos".

Con respecto a la coalición internacional liderada por Estados Unidos, el mensaje la considera "una de las campañas más feroces y la más fracasada", y la recrimina no haberse atrevido a lanzar una operación por tierra, haber recurrido a la aviación de los países del Golfo y haber pedido la justificación del ataque a las instituciones religiosas de todos los países que sean musulmanes.