Nicola Sturgeon, que se hará cargo de las riendas de la política escocesa, es igual de apasionada por la independencia de la región que Alex Salmond, quien ha sido su mentor, amigo y colega durante más de veinte años.

Sturgeon asumió hoy el liderazgo del Partido Nacionalista Escocés (SNP), la formación que le dio a Escocia la oportunidad de votar por la independencia en el referéndum del 18 de septiembre, después de que Londres y Edimburgo llegasen a un acuerdo para darle a la consulta la legalidad que requería una decisión tan trascendental.

Nacida en la localidad de Irvine, en el sureste de Escocia, el 19 de julio de 1970, Sturgeon procede de una familia de clase media, se educó en colegios estatales y estudió Derecho en la Universidad de Glasgow.

Licenciada con honores en 1992, trabajó como abogada para una empresa en Stirling, en el centro de Escocia, después de entrar en política en 1986, con tan solo 16 años, al unirse al SNP en tiempos en que Escocia no tenía autonomía.

Muy comprometida con el desarme nuclear, la política escocesa nunca ocultó la influencia que las políticas de la ex primera ministra británica conservadora Margaret Thatcher tuvieron en su forma de pensar y hacer después política en territorio escocés.

Sturgeon culpaba a la "dama de hierro" de la destrucción de la industria escocesa y del aumento del desempleo, por lo que decidió presentarse como candidata del SNP al Parlamento de Westminster en las elecciones generales de 1992 por la circunscripción de Glasgow Shettleston (este), aunque no consiguió la victoria.

Tuvo que esperar a 1997, con la llegada del laborista Tony Blair al poder, para que su carrera diera un giro, pues el nuevo Gobierno concedió autonomía a Escocia y dio luz verde para la apertura -dos años después- del Parlamento de Holyrood en Edimburgo.

Así, en 1999, Sturgeon accedió al Parlamento escocés y trabajó para el SNP en las áreas de Educación e Infancia, pero también se ocupó de Cultura, Deporte y Sanidad.

Con ambiciones para llegar a lo más alto del SNP, Sturgeon se presentó como candidata al liderazgo del partido en 2004 tras la dimisión de John Swinney, pero retiró la candidatura en cuanto Alex Salmond declaró su intención de suceder al primero.

Muy cercana a Salmond, Sturgeon optó por darle a éste todo su apoyo y quedarse como segunda al frente del partido escocés, una unión que duraría diez años, hasta que el líder independentista y ministro principal anunció su dimisión tras no conseguir la victoria del "sí" en el referéndum de independencia del pasado septiembre.

El partido de Salmond consiguió la victoria en las elecciones al Parlamento escocés en 2007 y otra vez, pero por mayoría absoluta, en 2011.

Con el mandato de convocar un referéndum, Sturgeon se convirtió desde entonces en la "segunda cara" de la campaña a favor de la independencia, con sus discursos apasionados y su defensa de los beneficios de la secesión, como la retirada de las armas nucleares, la mejora de la educación y la posibilidad de aumentar las ayudas a las familias con los menores recursos.

En la campaña del plebiscito, Sturgeon argumentaba que la independencia ayudaría a construir una economía escocesa más fuerte y dinámica y que su prioridad era atender "el escándalo de un aumento de la pobreza en un país tan rico como es Escocia".

El pasado 15 de octubre, el SNP confirmó que Sturgeon era la única candidata para el liderazgo del partido, por lo que su puesto fue confirmado hoy en el congreso anual de la formación.

Tras conocerse la retirada de Salmond, la política admitió que la deuda que tenía para con el ministro principal era "inconmensurable", y calificó al político independentista como su "amigo, mentor y colega durante más de 20 años".

Después de haber sido nombrada líder del SNP, Sturgeon se convertirá próximamente en ministra principal del Gobierno de Escocia, una vez reciba la aprobación del Parlamento, donde su partido tiene la mayoría.