La Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha acordado intentar relanzar el diálogo con el Gobierno de Venezuela para superar la crisis política que sufre el país y ha anunciado que para ello volverá a recurrir a la mediación del Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

"Se nos asignó una prioridad y es el diálogo vinculado a los poderes públicos, para tener poderes públicos equilibrados de acuerdo con el mandato constitucional", ha dicho el nuevos encargado de las relaciones internacionales de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo.

Aveledo ha revelado que, conforme a la creencia de la MUD de que se necesita "la presencia nacional o internacional de un tercero de buena fe que atestigüe, facilite y, en caso de ser necesario, medie", ya ha retomado los contactos con el nuncio en Caracas y los ministros de Exteriores de Colombia, Ecuador y Brasil.

"Queremos que gane Venezuela, ese es el deber de la alternativa democrática, ese es nuestro objetivo, por el progreso y la paz de los venezolanos, por la vigencia de la Constitución y de nuestros derechos, porque haya poderes públicos que cumplan con su deber constitucional", ha subrayado.

No obstante, el ex secretario ejecutivo de la coalición opositora ha admitido que el Gobierno de Nicolás Maduro asumió con "indiferencia" el diálogo de principio de año. "Es un síntoma de la crisis venezolana y así debe ser visto a nivel internacional", ha dicho, en declaraciones recogidas por ''El Universal''.

Por su parte, el nuevo secretario ejecutivo, Jesús ''Chuo'' Torrealba, ha explicado que han decidido retomar las conversaciones con el Palacio de Miraflores, entre otras cosas, por el llamamiento público del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).

DIÁLOGO FRUSTRADO

El Gobierno y la MUD iniciaron a principio de año un diálogo inédito en los 14 años de ''chavismo'' en Venezuela, ante la escalada de violencia en las calles por las protestas antigubernamentales y la represión policial y militar, que dejó 43 muertos, cientos de heridos y miles de detenidos.

Las partes acudieron al Vaticano y a UNASUR para que ejercieran de mediadores y así lo hicieron, sentando las bases de los temas a abordar y fijando el calendario para hacerlo.

Sin embargo, el diálogo quedó roto el pasado mes de abril porque, según denunció entonces la coalición opositora, el Gobierno no tenía voluntad real de hacer concesiones y llevar a cabo cambios importantes.

Este diálogo desgastó a la MUD, haciendo patente su división interna entre aquellos que defienden el diálogo, liderados por el ex candidato presidencial Henrique Capriles, y los que abogan directamente por "una salida constitucional" que permita acabar con el Gobierno de Maduro antes de 2019, representados por Leopoldo López.