Los gobernantes iberoamericanos siguieron llegando ayer al puerto mexicano de Veracruz para asistir hoy y mañana a una cumbre que será clave en el proceso de renovación iniciado hace dos años en el seno de esta comunidad de más de 600 millones de habitantes.

Los presidentes de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y de Uruguay, José Mujica, llegaron ayer a la sede de la cita iberoamericana con elevadas expectativas sobre los debates de la cumbre dedicada a la educación, la cultura y la innovación. En la histórica ciudad de Veracruz se encuentran desde el pasado sábado el mandatario de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quienes ayer asistieron a foros como el X Encuentro Empresarial Iberoamericano, actividad organizada la víspera de la cumbre. "Venimos llenos de esperanza porque vamos a tocar temas de interés para Iberoamérica, para cada uno de nuestros países", dijo Sánchez Cerén tras descender del avión en un vuelo comercial que le trasladó a Veracruz, en el Golfo de México.

Procedente de la occidental Guadalajara, donde recibió un galardón y asistió a la Feria Internacional de Libro (FIL), Mujica agradeció al país anfitrión por haber dado asilo a "muchos de sus compatriotas en años erráticos".

"Gracias México por lo mucho que has sembrado", dijo el presidente uruguayo, quien hace unas semanas llamó "Estado fallido" a este país por el caso de los 43 estudiantes que desaparecieron el 26 de septiembre pasado a manos de policías corruptos y criminales en la ciudad de Iguala.

La situación que vive México a raíz del llamado caso Iguala, con una fuerte presencia de fuerzas de seguridad en las inmediaciones de la sede de la cumbre, aletea, sin duda, sobre el encuentro.