El marine estadounidense acusado de asesinar a una transexual en Filipinas el pasado octubre, Joseph Scott Pemberton, compareció hoy por primera vez ante un tribunal de justicia filipino, informan los medios locales.

El militar, que seguirá bajo custodia de las autoridades de Estados Unidos mientras se celebre el juicio, llegó en un convoy de tres vehículos y escoltado por fuertes medidas de seguridad a los juzgados de Olongapo, a unos 100 kilómetros al noroeste de Manila.

La vista se celebró a puerta cerrada, mientras en el exterior esperaban los medios locales, que informan minuciosamente de este caso de asesinato.

La fiscalía acusó formalmente a Pemberton el lunes pasado del homicidio de la transexual Jeffrey "Jennifer" Laude, cuyo cadáver, semidesnudo, fue encontrado en la habitación de un hotel de Olongapo en la que había entrado poco antes en compañía del marine.

Ante la indignación de los familiares de la víctima, el militar sigue bajo la custodia de EEUU a pesar de que el Gobierno de Filipinas pidió formalmente el pasado martes que Pemberton fuera entregado a las autoridades del país antes del juicio.

Según la embajada estadounidense en Manila, tienen derecho a retener la custodia del imputado hasta que finalicen los procedimientos judiciales en virtud de un acuerdo militar bilateral firmado en 1999 y ratificado el pasado abril.

Pemberton permanece en las dependencias de Camp Aguinaldo, el cuartel general de las Fuerzas Armadas de Filipinas y ubicado en Manila, aislado del resto de los detenidos y custodiado por soldados filipinos y estadounidenses.

Olongapo, una de las localidades filipinas que mayor número de turistas sexuales recibe, se encuentra a escasos kilómetros de la bahía de Subic, donde Pemberton participaba en unos ejercicios militares que, con carácter anual, organizan las Fuerzas Armadas de ambos países.

La muerte de Laude ha causado indignación entre los filipinos, que se han manifestado frente a la Embajada de EEUU en Manila en varias ocasiones, donde exigen que se haga justicia y los más nacionalistas critican la presencia de militares estadounidenses en el país.

Filipinas vivió una situación similar en 2006, cuando EEUU se negó a entregar a las autoridades del país a un soldado procesado y condenado a 40 años de prisión por violar a una mujer en la bahía de Subic, y que finalmente fue absuelto.