Rusia y Estados Unidos se cruzaron ayer duras acusaciones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, reunido en una sesión especial con motivo del 70 aniversario de la organización.

Pese a que el objetivo del debate era reafirmar el compromiso de la comunidad internacional con los principios de la ONU, las tensiones que viven Moscú y Washington a raíz de conflictos como los de Siria y Ucrania terminaron por dominar la cita.

El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, llamó la atención sobre las recurrentes violaciones de las bases establecidas en la Carta de las Naciones Unidas, entre ellas las que señalan la independencia y soberanía de los Estados y la no interferencia en asuntos internos.

"Basta con recordar los bombardeos sobre Serbia, la ocupación de Irak bajo un falso pretexto y la grosera manipulación del mandato del Consejo de Seguridad que ha llevado a la destrucción y el caos en Libia", dijo Lavrov.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se centró en la necesidad de mejorar el trabajo de la organización en defensa de los derechos humanos y, para ello, insistió en que la soberanía de los Estados no puede ser un freno a la hora de proteger a la población.