El presidente alemán, Joachim Gauck, se unió hoy en la catedral de Colonia al dolor de los familiares de las víctimas de la catástrofe aérea de Germanwings, una tragedia que asusta especialmente ante la imposibilidad de comprender "un acto sin sentido" pero que, al tiempo, dejó una lección de solidaridad.

"Tal vez es la falta de sentido de lo ocurrido lo que nos ha asustado tanto. Nos vemos confrontados con un acto de destrucción que nos aturde", subrayó Gauck, antiguo pastor protestante, durante el funeral de Estado organizado en Alemania.

Al oficio asisten alrededor de 1.600 personas, entre ellas unos 500 familiares de las víctimas del avión de Germanwings que cubría la ruta de Barcelona a Düsseldorf y que se estrelló en los Alpes franceses, presuntamente por la acción deliberada del copiloto.

Frente a la incomprensión y el dolor por un siniestro que desgarró a todos el corazón, Gauck, que tuvo palabras de recuerdo para las decenas de víctimas españolas, puso su mirada en la "lección de apoyo y solidaridad" que se vivió en las horas y los días posteriores a la tragedia, en especial en Francia.

"Una sola persona, que había elegido la muerte para sí misma, arrastró a muchos otros. Nos faltan las palabras para este hecho", reconoció Gauck, para quien la catástrofe demostró que "no hay seguridad absoluta ante defectos técnicos o errores humanos, ni mucho menos ante la culpa humana".

Tras insistir en que nadie sabe "cómo se sentía en su interior el copiloto que se quitó la vida a sí mismo y a 149 personas más", insistió en no olvidar que el ser humano es capaz de hacer el bien, un convencimiento que permite decir "sí a una vida acompañada de amenazas y muerte".

"En tiempos difíciles y exigentes mostramos la fuerza de hacer el bien que llevamos dentro de nosotros", manifestó.