Las autoridades malasias y chinas han cerrado el centro de ayuda de Pekín para los familiares de los desaparecidos en el avión de Malaysia Airlines que despegó de Kuala Lumpur el 8 de marzo de 2014 y nunca llegó a su destino, la capital china.

Según confirmó hoy el portavoz del grupo de familiares de los 154 pasajeros chinos que embarcaron en ese vuelo MH370, Jiang Hui, el centro fue cerrado oficialmente este lunes después de más de un año de funcionamiento.

"Les hemos pedido que reconsideren su decisión, pero hasta ahora no hemos tenido respuesta", explicó en conversación telefónica Jiang, quien, junto a un grupo de familiares, protagoniza una "sentada" en este centro, ubicado a las afueras de Pekín, cerca del aeropuerto internacional de la urbe.

Como protesta, una parte de las familias se ha quedado a dormir esta noche en la sala de conferencias del centro, donde ya no hay ningún trabajador pero sí agentes de policía y algunos representantes del Gobierno, y planean quedarse allí hasta el 8 de mayo, cuando las autoridades les darán "una plataforma de quejas" para el futuro.

El Gobierno chino impide a periodistas que se acerquen al lugar, según comentó Jiang, que precisó que dos reporteros de un medio chino fueron "expulsados" el lunes cuando trataron de hablar con ellos.

Las autoridades chinas ya trataron de acallar a los familiares de los pasajeros chinos el pasado 8 de marzo, cuando el grupo celebró un acto en el templo Lama de Pekín para rezar por sus allegados y expresar sus quejas y malestar ante los medios de comunicación, según pudo constatar Efe.

Los centros, explica Jiang, no habían sido "de mucha ayuda" hasta el momento, pero los familiares consideran que su cierre es "un paso atrás": "No queremos que se ponga fin a ninguna de las plataformas creadas, aunque no funcionen mucho", especificó.

El Gobierno les ha precisado que se pondrá un correo electrónico y un teléfono a disposición de los familiares para cuestiones relacionadas con la desaparición del avión, si bien los ciudadanos chinos consideran que esto no es una opción para la mayoría de ellos.

"En el caso del teléfono, será un número de Malasia, por lo tanto, será una llamada internacional que muchos no podemos pagar. Y, en el del correo electrónico... Muchos familiares son mayores y no saben utilizar internet", criticó Jiang.

El portavoz insiste en que el Gobierno malasio "no ha hecho lo suficiente" y ha evitado investigar "detalles" que le trasladaron los familiares chinos, por ejemplo, el supuesto robo de tarjetas de crédito a cuatro viajeros del desaparecido vuelo.

Jiang insiste en la falta de transparencia de Kuala Lumpur y en la desinformación a la que han sido sometidos, y critica que el Gobierno chino no les ha ayudado más.

Pekín ahora les propone que utilicen las vías chinas para reclamar y se dirijan a la Oficina de Cartas, como hacen los peticionarios, ciudadanos que se convierten en peregrinos de la justicia china al no encontrar respuesta a sus demandas.

"Me siento muy enfadado -afirma-. No nos merecemos ser tratados así".