El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, aseguraron ayer que la puerta "sigue abierta" para las negociaciones con Grecia, pero que le corresponde a este país presentar una nueva propuesta aceptable para los Estados de la zona euro.

"No queda mucho tiempo. Hay urgencia tanto para Grecia como para Europa", aseguró Hollande en una declaración conjunta con Merkel tras mantener una reunión en el Palacio del Elíseo.

"La puerta sigue abierta a las discusiones, y por eso los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro se reúnen mañana", dijo Merkel, quien, sin embargo, destacó que las condiciones para un nuevo programa "todavía no se han reunido", por lo que tendrán que escuchar las propuestas del primer ministro griego, Alexis Tsipras.

"Es urgente que tengamos propuestas precisas para poder encontrar una salida a la situación", agregó la canciller alemana.

Según fuentes del Ejecutivo griego, Tsipras informó ayer a Merkel de que en la cumbre europea de hoy presentará "la propuesta" de su gobierno.

Merkel y Hollande coincidieron en que han "tomado nota" del rechazo de los griegos en el referéndum del domingo a las propuestas de los acreedores, pero recordaron que hay otros 18 países cuya opinión debe ser también tenida en cuenta.

El presidente francés recordó que la intención es aprobar un programa duradero, y no un mero arreglo temporal, y dijo que el objetivo es hallar un equilibrio entre solidaridad y responsabilidad.

"Europa no puede ser solo una construcción económica. Es un conjunto basado sobre valores y una concepción del mundo", agregó el presidente de Francia.

Merkel enfatizó por su parte que la última propuesta presentada a Atenas era ya "muy generosa", por lo que ahora habrá que esperar a la reacción del resto de países del euro, con los cuales -dijo- "tenemos una soberanía compartida".

Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la cantidad de liquidez de emergencia máxima que los bancos griegos pueden pedir al Banco de Grecia en 89.000 millones de euros pero va a aplicar recortes de valor a los activos que presenten como garantía.

El BCE sigue ayudando a los bancos griegos para que no quiebren pero, de este modo, incrementa la presión al Gobierno de Atenas para que llegue a un acuerdo con sus socios europeos después de que la población griega rechazara en un referéndum las medidas de ahorro y las reformas reclamadas por los acreedores.

El consejo de gobierno del BCE informó de que discutió ayer una propuesta presentada por el Banco de Grecia para un incremento, pero al final decidió mantener este nivel máximo de la provisión urgente de liquidez.

El Banco de Grecia solicitó un aumento de este máximo de 3.000 millones de euros adicionales, según algunos medios de comunicación, si bien el BCE no dio cifras concretas.

El domingo se informó en Atenas de que el corralito se mantendrá en Grecia al menos hasta el próximo jueves.

La provisión urgente de liquidez sólo se puede proporcionar a los bancos a cambio de suficientes garantías, explicó la entidad monetaria europea.

"La situación financiera de la República Helénica tiene un impacto en los bancos griegos ya que las garantías que utilizan en las operaciones de provisión urgente de liquidez dependen en gran medida de activos vinculados al gobierno", señaló el BCE.

Por esa razón, decidió ajustar los recortes de valor que aplica a los activos de garantía que el Banco de Grecia acepta para proporcionar liquidez de emergencia, es decir que va a dar menos dinero a los bancos griegos por cada activo que presenten.