El Congreso de Perú aprobó hoy el proyecto de ley de control y vigilancia del espacio aéreo nacional, que autoriza a la Fuerza Aérea del Perú (FAP) a derribar las aeronaves sospechosas de transportar drogas, armas o explosivos.

El Parlamento aprobó la propuesta de la Comisión de Defensa, y volvió a incluir el derribo de naves hostiles que había sido suspendido en 2001, tras los errores cometidos en un operativo contra una avioneta de misioneros estadounidenses que causó la muerte de una mujer y su bebé.

La nueva ley autoriza a la FAP a derribar las aeronaves sobre las que exista evidencia o sospecha razonable de estar siendo empleadas para el tráfico ilícito de drogas o transporten bombas, armas de fuego, materiales explosivos, armas biológicas o artefactos explosivos biológicos.

La norma establece declarar "aeronave hostil" a la que desacate las instrucciones o no ejecute las medidas de persuasión emitidas por las aeronaves interceptoras de la FAP.

Además, será considerada "hostil" la aeronave que no respete los corredores establecidos por las autoridades aeronáuticas o esté volando a una altura no menor de 3.000 pies, en un radio de 40 millas náuticas, entre un listado de situaciones, que incluyen la sospecha de estar siendo empleadas para el narcotráfico.

El presidente de la Comisión de Defensa, Emiliano Apaza, explicó a RPP Noticias que el Congreso ha aprobado esta ley "para que la FAP haga las operaciones tal como se debe, no vulnerando los derechos sino controlando las zonas declaradas como cocaleras", entre ellas el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).

Apaza agregó que la norma ha sido totalmente consensuada con el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, y confió en que ahora "van a tener un mayor resultado" en el combate al narcotráfico.

El titular de la comisión indicó que las fuerzas armadas detectaron entre mayo y agosto de este año el ingreso de 222 vuelos irregulares en territorio peruano y que cada una de esas naves transportó unos 350 kilos de droga.

Apaza añadió que el Estado peruano invierte 27 millones de soles (8,4 millones de dólares) en los operativos de destrucción de las pistas clandestinas y que, con la nueva ley, esos recursos podrán ser destinados a ayudar a las fuerzas armadas.

Por su parte, el legislador Carlos Tubino, autor del proyecto, declaró que de los 320.000 kilos de cocaína que se presume se producen en Perú, citando informes de Naciones Unidas, 180.000 kilos son llevados al exterior por vía aérea a través de Bolivia, otros 120.000 salen por barco y 20.000 kilos van por tierra.

Tubino dijo que el 95 % de las aeronaves clandestinas usadas por el narcotráfico proceden de Bolivia, con una frecuencia de cuatro vuelos diarios, en temporada seca, y dos vuelos diarios, en época de lluvias.

El congresista indicó que la norma establece cinco procedimientos previos al derribo que incluyen medidas de identificación, intervención, persuasión y neutralización, de forma progresiva y siempre que la anterior no tuviera éxito o no sea acatada.

Entre esas medidas están obligar al piloto a aterrizar y el disparo de ráfagas de advertencia con municiones trazadoras.

En caso de fracasar esas acciones, se autoriza el disparo de proyectiles con la finalidad de ocasionar daños e impedir la continuación del vuelo.

Apaza informó, por su parte, de que las autoridades peruanas anunciarán próximamente una primera intervención binacional en el VRAEM con participación de la fuerza aérea de Perú y Bolivia.