La Policía húngara se ha retirado de las puertas de la estación del este de Budapest este jueves por la mañana y los refugiados han comenzado a entrar en su interior.

Este miércoles, alrededor de unos 2.000 inmigrantes y refugiados permanecían apostados en la plaza frente a la estación ante la prohibición por parte de las autoridades de tomar trenes con destino a Alemania.

Durante la jornada se vivieron varios momentos de tensión ante las protestas de varios cientos de refugiados que, al grito de "libertad, libertad", reclamaban poder seguir adelante con sus viajes a las autoridades húngaras.