El Gobierno chino ha ordenado que se revisen todas las centrales nucleares del país después de las explosiones ocurridas en agosto en un almacén de productos tóxicos del puerto de Tianjin (norte), que causaron 173 muertos.

En un comunicado publicado en internet, el Ministerio de Protección Medioambiental de China señala hoy que las revisiones se llevarán a cabo desde ahora y hasta noviembre para garantizar que no "existe ningún riesgo para la seguridad".

El organismo urge además a las compañías a hacer revisiones por su cuenta y a las autoridades locales de protección medioambiental a intensificar los chequeos.

Actualmente, China posee más de 50 centrales nucleares en funcionamiento o en construcción, según datos oficiales.

El anuncio se produce después de que este fin de semana se cumpliera un mes del accidente de Tianjin, que las autoridades dan por cerrado a pesar de que aún la ciudad no ha vuelto a la normalidad y que aún hay ocho desaparecidos.

Las dudas sobre la polución generada por el accidente persisten, ya que en el lugar de la explosión había almacenadas 3.000 toneladas de productos muy tóxicos, y de momento no se ha informado de qué se ha hecho con el agua y la tierra altamente contaminadas que se sacaron de allí.

El grave suceso de Tianjin evidenció uno de los problemas del rápido crecimiento de China a todo coste, la falta de seguridad, los laxos controles y la corrupción.

Las explosiones se produjeron el 12 de agosto en una terminal de contenedores de la compañía Ruihai International Logistics, que según algunas investigaciones publicadas por medios oficiales incurrió en severas infracciones, como carecer de licencia para almacenar químicos peligrosos y estar a menos distancia de lo permitido por la ley de las viviendas.