Malcom Turnbull juró hoy el cargo de primer ministro de Australia, un día después de una revuelta interna en el Partido Liberal que le permitió arrebatar el liderazgo del ejecutivo a Tony Abbott.

Turnbull fue investido en una breve ceremonia en Camberra por el gobernador general de Australia, Peter Cosgrove, quien representa a la reina Isabel II, jefa de Estado del país oceánico.

Antes de la jura, el nuevo primer ministro señaló que se siente "lleno de optimismo" y que espera "que en las próximas semanas y meses venideros podamos fijar las bases" de su Gobierno.

Este se caracterizará por ser "absolutamente liberal", y se enfocará en la economía, según prometió anoche el nuevo mandatario, conocido por su visión empresarial, sus ideas republicanas y su apoyo al matrimonio de personas del mismo sexo.

Abbott, quien perdió -44 votos a favor y 54 en contra- la víspera una moción de confianza dentro de la coalición gobernante, expresó en su último discurso al mando del Ejecutivo su orgullo por lo "logrado en los últimos dos años".

El ya ex primer ministro mencionó, entre otros logros, la creación de empleo, la eliminación de impuestos, los tratados de libre comercio y su política contra la inmigración ilegal, así como la lucha contra el terrorismo y su impulso al reconocimiento constitucional de los aborígenes.

"Quiero que mi país tenga éxito. Siempre lo quise y siempre lo querré", aseguró Abbott, quien se espera ocupe su escaño en el Parlamento de Camberra sin ostentar ninguna cartera.

Turnbull, que se convirtió en el vigésimo noveno primer ministro de Australia y el quinto en el último lustro, deberá anunciar en los siguientes días la recomposición del Gabinete en las carteras de Economía, Educación y Defensa, según los medios locales.