A Michelle Obama le ha salido una fuerte competidora como icono de la moda, la primera dama china, Peng Liyuan, y ambas protagonizarán un apretado duelo este viernes en una cena de Estado en la Casa Blanca en la que el mundo de la costura ya tiene el foco puesto: ¿quién llevará el diseño ganador?

Considerada por algunos como la "Jackie Kennedy china", Peng se ha convertido en la primera dama de mayor relevancia en el país desde la victoria de la revolución comunista y su fama se debe en parte a su estilo a la hora de escoger y combinar sus prendas, alabado incluso en el extranjero.

"Mamá Peng", como la llaman cariñosamente en China, ha llegado a estar incluida en listas de referencia en el mundo de la moda como la de la revista estadounidense Vanity Fair, que en su ránking de las celebridades mejor vestidas de 2013 escogió a Peng y se olvidó de la esposa del presidente Barack Obama, una ausencia que provocó críticas de medios del país norteamericano.

Y es que, desde su llegada a la cumbre de las primeras economías mundiales, de la mano de sus respectivos maridos, ambas han generado una oleada de seguidores que cruza fronteras al paso que visitan otros países e intervienen en diferentes foros.

Si Michelle Obama ha lanzado a la fama al diseñador Jason Wu, Peng Liyuan, una exsoprano del Ejército chino, ha hecho de la creadora Ma Ke un nombre conocido internacionalmente y sus ventas se disparan con cada fotografía de la primera dama china vistiendo sus diseños.

Sobre todo en sus viajes al extranjero, donde sus atuendos no han dejado de deslumbrar. Por ello, ahora la industria de la moda se muestra expectante ante la cena de gala que los Obama ofrecen este viernes a la primera pareja china.

Dado el secretismo habitual que caracteriza a los líderes de Pekín, se desconoce qué creador escogerá Peng, mientras su favorita, Ma Ke, escapa de los medios.

"Si te comes un huevo muy sabroso, ¿por qué querrías ver (o conocer) a la gallina?", señaló la diseñadora en una de las pocas entrevistas que ha concedido, en este caso a un diario oficial, en relación a la curiosidad que ha generado gracias a su famosa clienta.

También se ignora qué vestirá Michelle Obama, pero los más entendidos arguyen que hay algo en lo que ambas coincidirán: llevar a su país por bandera o, lo que es lo mismo en la industria, elegir una creación nacional.

"Creo que Peng vestirá el tradicional vestido chino, el qipao, y Obama llevará un colorido traje de noche de Jason Wu", augura Shuo Yuan Hasegawa, estilista de moda chino que vive a caballo entre Francia y China, y cuyo trabajo ha sido destacado por numerosas publicaciones, como las ediciones chinas de Harper''s Bazaar o Numéro.

Para Shuo, Peng tiene "un gran sentido de la moda".

"Es muy elegante, moderna y al mismo tiempo, tradicional. Creo que sí puede ser una competidora de Obama, pero no será una reina de la moda, su estilo no es arrollador", comenta a Efe.

Tanto la estadounidense como la china, en opinión del estilista, "han construido una imagen de mujer fuerte y exitosa", una afirmación con la que coinciden otros expertos como Li Yinhe, socióloga de la Academia China de Ciencias Sociales.

"La imagen del Partido Comunista siempre ha sido muy seria y aburrida, ahora Peng presenta una imagen más moderna", explica a Li, que recuerda que su naturalidad frente a los focos se debe a su gran experiencia en los escenarios como cantante del Ejército, donde ostenta el grado de general.

Aunque, por primera vez en mucho tiempo, la primera dama china también acapara titulares, los analistas descartan que pueda tener una influencia más allá de la industria de la moda, como posee Michelle Obama.

"Ella no participará en política", precisa Zhang Lihua, catedrática de asuntos internacionales en la Universidad de Tsinghua.

Lo que está claro, coinciden, es que Peng intenta cultivar otros perfiles, al involucrarse, por ejemplo, en campañas a nivel mundial contra el sida o el tabaco y destacan que con ella, China tiene una gran oportunidad.

Según un estudio de la Universidad Renmin, la elegancia de Peng y su participación en eventos de caridad puede mejorar la llamada "diplomacia suave" ("soft power") del país y calmar los miedos sobre el ascenso de China.

Popularidad para ello no le falta, tal y como sugiere una frecuente chanza entre los pequineses: "¿Quién es Xi Jinping? ÑAh, el marido de Peng Liyuan!".