El líder palestino, Mahmud Abás, se presenta este miércoles en la ONU para dirigir su mensaje anual ante la Asamblea General, aunque en esta ocasión con el privilegio de ver ondear su bandera en la sede de Naciones Unidas por primera vez.

El pasado 10 de septiembre, la Asamblea General cambió las normas que regían desde hace décadas para permitir que los observadores permanentes ante la ONU, el Vaticano y el Estado palestino, pudieran izar su bandera como los otros 193 miembros de pleno derecho.

Aunque el Vaticano izó su enseña sin ninguna ceremonia poco antes de que visitara la sede de la ONU el papa Francisco, el pasado viernes, los palestinos anunciaron que su bandera sería levantada en un acto especial encabezado por Abás.

La ceremonia se llevará a cabo en uno de los jardines del complejo de la ONU, pero durará poco ahí porque luego se llevará al lugar definitivo, al lado de la bandera del Vaticano y al final de la lista de los estandartes de todos los miembros de la ONU.

Abás se presenta en la ONU frustrado por la falta de avances para poder sentar en una misma mesa a palestinos e israelíes, a pesar de los llamamientos hechos por la comunidad internacional en ese sentido, una iniciativa que, de momento, parece esquiva.

Según han informado medios de Oriente Medio, al parecer Abás pretende anunciar en la Asamblea General una decisión clave en el proceso de paz de Oriente Medio, algo que algunos medios palestinos han descrito como una "bomba" informativa.

Existe la posibilidad de que Abás anuncie el fin del compromiso palestino con los Acuerdos de Oslo, que fueron firmados en 1993 y que marcaron la hoja de ruta para poner fin a uno de los conflictos más viejos del Planeta.

Si Abás se inclina por esa decisión, la medida podría llevar a la cancelación de la cooperación de seguridad que mantienen entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina.

El líder palestino hablará un día antes de que lo haga el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya en la recta final de la sesión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU.

Además de la intervención de Abás se espera para este miércoles una reunión del Consejo de Seguridad en la que se analizarán las amenazas que representan los grupos terroristas en Oriente Medio y el norte de África.

Fue convocada por Rusia, que ostenta en septiembre la presidencia de turno del Consejo de Seguridad, y se espera que participen en la sesión algunos de los ministros que participan en los debates de la Asamblea General.

El lunes, el presidente ruso, Vladimir Putín, anunció la intención de su país de presentar una resolución en el Consejo para "coordinar acciones de todas las fuerzas que se enfrentan al Estado Islámico y otras organizaciones terroristas".

Sin embargo, ese proyecto, si es que se ha avanzado en su redacción, no será presentado en la sesión del miércoles ya que se trata de una reunión abierta a otros países que no son miembros del Consejo de Seguridad.

Queda por ver si al final de la sesión del Consejo de Seguridad se aprueba una declaración de la presidencia de turno, algo que ha venido negociando Rusia en los pasillos de la ONU con un texto, que, al parecer, no cuenta con un respaldo unánime.

Además de estos dos temas, la agenda del miércoles en la sede de la ONU incluirá una conferencia convocada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para analizar las medidas necesarias con el fin de hacer frente a las oleadas de emigrantes.

Las imágenes de emigrantes que escapan de las guerras de Siria e Irak y que están inundando los accesos de Europa han venido impactando en la sede de la ONU desde las últimas semanas, y Ban ha expresado su preocupación por el trato que están recibiendo.