Rusia se mantiene firme en sus planes de compaginar los bombardeos aéreos contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Siria con los esfuerzos para impulsar un arreglo pacífico al conflicto, pese al atentado perpetrado hoy contra su embajada en Damasco.

"Si queremos ser eficaces y no sólo disparar y lanzar misiles de crucero, y queremos lograr precisamente un arreglo político, entonces debemos animar (a negociar) a todas las fuerzas dentro del país", aseguró el presidente ruso, Vladímir Putin.

Los dos obuses lanzados esta mañana contra el recinto de su legación diplomática no ofuscaron al Kremlin, que siguió bombardeando las posiciones yihadistas en el país árabe al tiempo que recibía en Moscú al enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura.

"Buscamos contribuir a la lucha contra el terrorismo, que es algo peligroso tanto para Estados Unidos como para Rusia, los países europeos y para todo el mundo, sin exagerar ni un ápice", apuntó Putin.

La aviación rusa, que ha redoblado en los últimos días sus misiones en territorio sirio, atacó 86 objetivos terroristas en las últimas 24 horas y ha prácticamente paralizado la línea de suministros de los yihadistas en las provincias de Raqa, Hama, Idleb, Latakia y Aleppo, según el Estado Mayor.

Es la estrategia del "palo y la zanahoria" que defiende Putin desde el comienzo de la campaña aérea a finales de septiembre: expulsar a los yihadistas a base de bombardeos, y entonces que sean los sirios los que decidan libremente su futuro y el de su presidente, Bachar al Asad.

Putin recordó que la coalición "asestó más de 500 ataques en territorio sirio, se gastaron 500 millones de dólares para adiestrar a los guerrilleros del Ejército Libre Sirio (ELS) para combatir al EI, pero no hay ningún resultado".

Además, criticó a EEUU por negarse a proporcionar datos sobre objetivos que sean "cien por ciento terroristas" en el país árabe: "''No, no estamos preparados''. Esa fue su respuesta".

"¿Dígannos entonces adónde no hay que disparar? Tampoco recibimos respuesta. ¿Pero cómo podemos trabajar juntos? ¿Qué hacer? Me parece que algunos de nuestros socios tienen la cabeza hecha papilla", afirmó.

El segundo ataque con fuego de mortero contra la embajada rusa desde septiembre no causó heridos entre sus funcionarios, pero sí entre los manifestantes que se congregaron en las inmediaciones con carteles de Putin y Al Asad en apoyo de la intervención militar rusa.

El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, no dudó en tachar el ataque "de atentado terrorista" que "trata de asustar a los partidarios de la lucha antiterrorista".

A esto se suma la amenaza realizada por el líder del Frente al Nusra, Abu Mohamed al Yulani, cuyo grupo es la filial siria de Al Qaeda, quien instó a los "muyahidines" en el Cáucaso para que ataquen a civiles y militares rusos.

"Si el Ejército ruso mata al pueblo de Siria, entonces matad a su pueblo. Y si ellos matan a nuestros soldados, entonces matad a sus soldados. Ojo por ojo", proclamó.

Con todo, Lavrov insistió ante De Mistura en que los bombardeos rusos no han modificado la postura de Moscú de que "no puede haber una solución militar al conflicto".

"Pero la guerra contra el terrorismo es otra cosa. Esta guerra no debe verse constreñida por ninguna condición", señaló y negó terminantemente que eso suponga "traicionar el principio de que es necesario un proceso político".

Por su parte, De Mistura, que viajará seguidamente a Estados Unidos, reconoció que "la operación militar rusa es un factor nuevo que ha cambiado la dinámica de toda la situación" en Siria.

"Debemos ver esto con atención y estar seguros de que no olvidamos el hecho de que la crisis siria no tiene una solución militar. En este momento, en que se está incrementando la actividad militar, también hay que aumentar la actividad política, agregó.

En ese sentido, dijo que aboga por implicar en la discusión "a todas las partes, incluida Rusia, que pueden influir en la solución del conflicto y lanzar el proceso político".

Al respecto, Putin desveló que ha propuesto celebrar en Moscú una cumbre internacional al máximo nivel político-militar para lograr un arreglo político en Siria, pero que aún no ha recibido una respuesta de EEUU.

Además, advirtió de que el armamento suministrado por EEUU a los brazos armados de la oposición moderada siria puede acabar en manos del Estado Islámico.

"Ahora informan de que con los aviones del Ejército Libre Sirio suministrarán armamento y munición. ¿Dónde está ese ELS? ¿No caerá eso de nuevo, como ocurrió al instruir a sus tropas, en manos del EI? ¿Dónde está la garantía?", dijo.

Insistió en que, con su intervención aérea, Rusia no busca la hegemonía en Siria, donde "sólo puede haber un líder: el pueblo sirio".