El primer ministro en funciones de Portugal y líder conservador, Pedro Passos Coelho, acusó al Partido Socialista (PS) de hacer "chantaje político" en el país por querer gobernar, a pesar de haber perdido las elecciones del 4 de octubre.

"No gobernaré con el programa del PS y no voy, con toda seguridad, a someter al país a una especie de chantaje político en el que quien perdió intenta imponer sus condiciones al que ganó", criticó Passos Coelho en declaraciones a la prensa.

Aunque el PS perdió las elecciones con el 32 % de los votos frente al 39 % de la coalición conservadora de Passos Coelho, los socialistas son clave para formar un gobierno estable en Portugal.

La izquierda moderada del PS puede optar tanto por apoyar al centro-derecha como por intentar crear un ejecutivo en alianza con los marxistas del Bloque de Izquierda y los comunistas (ambos 20 % de los sufragios).

Passos Coelho adelantó además que no pretende reunirse más con los socialistas, después de las dos infructuosas entrevistas celebradas entre las dos partes, la última anoche.

"No vamos a invertir esos papeles y no aceptaré que el país sea rehén de un juego político partidario", dijo el primer ministro en funciones.

Las tensiones entre la coalición centro-derechista -que compone el PSD de Passos Coelho y el CDS-PP, liderado por Paulo Portas- y el PS podrían desembocar en un inédito pacto a la izquierda en Portugal.

Costa y su equipo ya se han reunido con representantes del Bloque de Izquierda y del Partido Comunista para acercar posturas en cuestiones en las que mantienen diferencias como la pertenencia al euro o la conveniencia de una auditoría a la deuda.

En todo caso, la decisión final está en manos del jefe del Estado portugués, el conservador Aníbal Cavaco Silva, quien ya dejó claro su deseo de un Gobierno estable y duradero liderado por Passos Coelho.