La canciller de Alemania, Angela Merkel, y sus socios en la gran coalición, los conservadores de Baviera y el Partido Socialdemócrata (SPD, se mostraron hoy confiados en que lograrán una respuesta consensuada ante la crisis de los refugiados, tras semanas de tensiones y críticas internas.

"Quiero que, en un par de años, los ciudadanos alemanes puedan decir: lo hicieron bien entonces, lo hemos conseguido", subrayó Merkel en declaraciones a los medios, acompañada por el primer ministro del estado federado de Baviera, Horst Seehofer, y antes de reunirse con el grupo parlamentario conservador.

El acuerdo entre los tres socios de la coalición fue imposible el fin de semana y el jueves volverán a intentarlo en una nueva reunión en la cancillería, donde Merkel ha citado también a los primeros ministros de todos los estados federados.

Ante esa cita, la canciller defendió el plan de acción que su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), ha consensuado con su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU) que preside Seehofer y que hasta el momento había sido la formación más crítica con su gestión.

Seehofer recordó los miles de solicitantes de asilo que cada día llegan a Baviera desde Austria y confió también en poder alcanzar un acuerdo con el SPD "para que la sociedad vea que los socios de la coalición son capaces de negociar en una situación histórica".

El plan redactado por Merkel y Seehofer incluye la creación de "zonas de tránsito" para los solicitantes de asilo sin papeles o procedentes de "países seguros", que serían expulsados directamente de esos centros si se rechaza su petición en un procedimiento de urgencia, similar al aplicado en los aeropuertos.

El SPD se opuso desde un primer momento a esta propuesta al considerar que en la práctica supondría crear grandes cárceles, pero hoy el líder del partido, Sigmar Gabriel, también vicecanciller, se mostró algo más conciliador.

"A veces las cosas no son tan dramáticas como se leen", señaló en un discurso ante la Federación de la Industria Alemana (BDI), convencido también de la necesidad de mostrar una imagen de unidad y de consensuar medidas fundamentales ante la llegada de más de 800.000 solicitantes de asilo este año al país.

Los objetivos de Alemania son agilizar la tramitación de los expedientes, acelerar las expulsiones y facilitar la integración, pero Merkel no olvidó la dimensión global de la crisis y reclamó de nuevo el establecimiento de "mecanismos de distribución" de refugiados en toda la UE, tras su registro en centros de Grecia o Italia.

Insistió además en la necesidad de cooperar con Turquía para que este país frene las salidas en sus costas.

Pocas horas antes, la canciller había intervenido también ante el BDI, cuyo presidente, Ulrich Grillo, le pidió a la coalición "mayor unidad" ante un desafío que, subrayó, exigirá durante mucho tiempo grandes esfuerzos a la política, la economía y la sociedad.

"Es una prioridad integrar al mayor número posible de refugiados en el mercado laboral", apuntó Grillo tras recordar que hay 600.000 puestos de trabajo vacantes en estos momentos.

Las corporaciones locales, con cuyos representantes se reunió hoy también la canciller, reclamaron más recursos financieros para impulsar esa integración.