Al menos 19 personas, entre ellas tres niños, permanecen desaparecidas por la riada de lodo y residuos minerales que afectó el jueves a siete pueblos en el sureste de Brasil, según informaron hoy los bomberos.

Entre los desaparecidos hay trece trabajadores de la minera Samarco, propietaria de los depósitos de residuos que se rompieron, y otras seis personas que supuestamente se encontraban en el poblado de Bento Rodrigues, el más afectado por la avalancha.

Anteriormente los bomberos habían informado de que había diez desaparecidos entre los vecinos del pueblo, pero el organismo después corrigió esa información y la Alcaldía de Mariana, en cuya jurisdicción se encuentra Bento Rodrigues, bajó la cifra a seis.

Entre los desaparecidos se encuentran tres niños de entre 5 y 7 años.

La riada, producida por la ruptura de los diques de dos depósitos de desechos de una mina de la empresa Samarco, ha causado un muerto y 16 heridos, según el último boletín oficial.

El único fallecido confirmado es un trabajador de Samarco, cuya identidad no ha sido divulgada y que murió de un paro cardíaco cuando presenciaba la ruptura de los diques.

La mayoría de los 600 habitantes del pueblo de Bento Rodrigues, el más próximo a la mina y que quedó totalmente sepultado por la avalancha, logró huir a tiempo.

Los bomberos informaron de que el lodo ya se ha solidificado, lo que permite a los cuerpos de rescate trabajar en la zona donde se busca a los desaparecidos.

En el operativo trabaja un contingente de cientos de personas, integrado por bomberos, policías, militares e integrantes de Defensa Civil.

La minera Samarco se ha ocupado de alojar en hoteles y pensiones a 569 de los damnificados mientras decenas de personas continúan en el albergue que la Alcaldía de Mariana instaló en un pabellón deportivo.

Según las cifras divulgadas por Samarco, fueron vertidos cerca de siete millones de metros cúbicos de residuos minerales, en su mayoría de sílice, y 55 millones de metros cúbicos de agua.

El Servicio Geológico de Brasil anunció que está vigilando de forma permanente el nivel del río Doce, que recibió el caudal de los depósitos de la mina y cuya crecida puede afectar a una veintena de municipios de los estados de Minas Gerais y Espírito Santo, en el litoral.

Samarco, que todavía desconoce las causas del accidente, está controlada por la brasileña Vale y la australiana BHP, dos de las mayores mineras del mundo.