El gobierno de Marruecos no permitirá que el enviado especial de la ONU para el Sáhara, Christopher Ross, visite el territorio saharaui bajo su control, según dijo el ministro de Exteriores, Salahedín Mezuar, en una entrevista con Efe en El Aaiún, donde forma parte de la visita del rey Mohamed VI.

"No tiene nada que hacer aquí, por supuesto. Está fuera de discusión que vaya a reunirse con quien quiera que sea en El Aaiún", dijo Mezuar de forma tajante, confirmando así la versión de que en una anterior visita Ross tenía previsto visitar la capital saharaui, pero Marruecos se lo prohibió.

"Cuando Ross viene a Marruecos, viene para reunirse con los responsables marroquíes, y los encuentra en la capital, que es Rabat, y ahí termina el asunto. Así es y así será", remachó Mezuar, dejando claro que Ross ya no regresará al territorio saharaui bajo control marroquí.

En 2012, el enviado especial vino a El Aaiún y se reunió con responsables del Gobierno marroquí pero también con organizaciones independentistas comprometidas con los derechos humanos o la defensa de los recursos naturales como modo de incluir nuevas voces con el espíritu de facilitar las negociaciones.

Aunque la idea era que sus siguientes giras incluyeran también esas visitas a El Aaiún, ya nunca se repitieron, sin que hubiera hasta hoy una explicación pública.

"El marco de su misión está claro, que es facilitar una negociación, para ello Ross puede ir a Argel, a Tinduf y a Rabat. Puede proponer muchas cosas, que nosotros aceptamos o no; le explicamos ''Esto no entra en el marco de tu misión'' y él entiende y acepta", dijo.

La persona de Christopher Ross fue en mayo 2012 recusada por Marruecos, que declaró haber perdido su confianza en él; sin embargo, tras un pulso de varios meses, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmó a Ross en su cargo, aunque desde entonces las relaciones del enviado con el Gobierno de Rabat son casi gélidas.

"No se trata de que nos guste más o menos; mientras el secretario general le dé su confianza, no hay razón para que no continúe haciendo su misión. Nosotros lo respetamos, pero cuando sale de su misión, se lo decimos, le explicamos por qué y él lo comprende".

En cuanto a una posible reanudación de los contactos directos entre Marruecos y el Frente Polisario para buscar una solución "negociada y mutuamente aceptable", según el principio definido por la ONU y suscrito por todas las partes, Mezuar lo excluyó por completo.

"Las nueve rondas de negociaciones anteriores en Mahanset (periferia de Washington) no han resultado en nada. Es una negociación que ya no tiene razón de ser. Nosotros hemos hecho una propuesta (de autonomía) y estamos dispuestos a discutir de su contenido; son los otros los que no han evolucionado".

El año pasado, el rey Mohamed VI dijo que la propuesta de autonomía era lo máximo que Marruecos puede ofrecer a los saharauis, pero el Frente Polisario sigue reclamando un referéndum de autodeterminación con opción de independencia, una opción que ahora hasta la ONU -según interpreta Mezuar- ha abandonado.

Sin embargo, eso no significa que Marruecos se contente con la situación de bloqueo actual: "Rechazamos el statu quo, y no nos van a arrastrar a una no-solución, por eso no nos vamos a quedar con los brazos cruzados", dice Mezuar, y enmarca en este sentido el plan de "regionalización avanzada" de Marruecos como prueba de que Rabat presenta propuestas para ir adelante.

Para Mezuar, no cabe duda de que son el Polisario y Argelia los que practican el inmovilismo: "Nosotros exigimos un censo de la población en los campamentos de Tinduf, y exige misiones internacionales de control de derechos humanos como hace Marruecos, pero Argelia y el Polisario lo rechazan".

En los dos últimos años, Marruecos ha permitido la visita de relatores de la ONU por los derechos humanos, aunque ha impedido que la misión de cascos azules en el territorio (Minurso) tuviera competencias en la vigilancia de los derechos humanos, siendo la única en el mundo que no los tiene.

Mezuar insiste en que es el Polisario el que más explicaciones tiene que dar sobre los derechos humanos porque "tienen mucho que reprocharse", pero ha preferido enrocarse y no evolucionar".