Un grupo de activistas apedreó hoy la embajada de Turquía en Moscú en señal de protesta por el derribo por un caza turco de un bombardero ruso que cumplía misiones contra el grupo Estado Islámico en Siria.

"Los manifestantes que se congregaron frente a la embajada lanzaron piedras contra el edificio. Los ventanales del segundo y tercer piso de la embajada están rotos. Algunas piedras cayeron dentro de las oficinas", dijo un portavoz de la misión diplomática a la agencia Interfax.

Según las imágenes ofrecidas por medios rusos, varios cientos de personas se concentraron frente a la legación y algunos lanzaron contra ella piedras, botellas, latas de pintura, huevos, tomates y aviones de papel.

"Los empleados tienen miedo de moverse por los pasillos de la embajada. Estamos precisando si alguien ha resultado herido", dijo la fuente.

En la zona se han personado varios policías, pero no han efectuado ninguna detención ni han intervenido para dispersar a los manifestantes, que ondean banderas de Rusia y Siria.

"Puñalada por la espalda", "Turquía, cómplice del terrorismo" -expresiones del presidente ruso, Vladímir Putin, cuando protestó ayer por el derribo del avión- o "No iré a Turquía", son algunos de los lemas que se pueden leer en las pancartas que enarbolan los manifestantes.

La protesta fue organizada por el ultranacionalista Partido Liberal Democrático, aunque miembros de diferentes organizaciones han decidido sumarse a ella.

Turquía ha expresado sus condolencias por el derribo del avión ruso, pero insiste en que ocurrió porque el bombardero ruso siniestrado violó su espacio aéreo.